Iria Ribadomar: «Do tempo do Prestige recordo a percepción de estar a vivir a fin do mundo»

Rosa Estévez
R. Estévez CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

XOAN A. SOLER

La ilustradora cambadesa participa en la baraja O ghaiteiro petroleiro, alrededor de la que se ha articulado una exposición que se puede visitar hasta el mes de febrero en el Reina Sofía

15 nov 2022 . Actualizado a las 13:02 h.

O ghaiteiro petroleiro es el nombre con el que el colectivo Unha gran burla negra bautizó una baraja de cartas: un juego de mesa que estimula la memoria, que mantiene vivo el recuerdo de aquellos días negros que siguieron al 19 de noviembre del año 2002, cuando el petrolero Prestige, herido de muerte, fue empujado a un errático viaje frente a Galicia, derramando a su paso toneladas de chapapote que amenazaron la vida en nuestra costa. Ya en 2003, el colectivo editó A baralla do Prestige, un mazo de cartas que denunciaba la gestión política de la crisis y que se agotó en un abrir y cerrar de ojos. Ahora, veinte años después, se edita una segunda baraja articulada sobre la memoria de la marea negra. Y sobre ella, se ha construido la exposición Las cartas sobre la mesa, que se puede visitar en la biblioteca del Museo Reina Sofía hasta el 10 de febrero. Allí figuran dos trabajos de la ilustradora cambadesa Iria Ribadomar, que participó con dos cartas en la baraja.

«Eu daquela tiña 18 anos, unha idade especialmente rebelde», cuenta la creadora arousana. En Cambados, como en el resto de la ría de Arousa, probablemente como en el conjunto de la costa, el Prestige generó una atmósfera cargada, tensa. «Recordo aquela pecepción de estar a vivir a fin do mundo. A xente do mar vía que podía perdelo todo, e iso era algo que chegaba a todo o mundo», recuerda una mujer que reconoce el impacto de aquellos días en su vida. «A min afectoume moito. Recordo vivir aquela etapa con carraxe, cunha carraxe moi grande. A xente do mar saía para a boca da ría para evitar o mal maior, e por sorte conseguírono. Sen medios, sen nada», recalca. Ella recuerda una asamblea en el instituto y un viaje hasta A Lanzada para retirar chapapote. «O que había eran as famosas gallegas de fuel. Tiñan o tamaño da palma dunha man... Nós tiñamos na cabeza as imaxes que chegaba doutros puntos da costa nos que o chapapote o cubrira todo». 

Una mujer con el grado de compromiso y militancia social y política de Iria Ribadomar no podía faltar en O ghaiteiro petroleiro, un espacio en el que su universo gráfico encaja cómodamente. «Cando contactaron comigo para plantexarme a idea, díxenlles que si no momento», explicó. Lo primero que le pidieron fue el diseño de una ilustración que hablase de las barreras anticontaminación que se desplegaron contra el Prestige, escasas y endebles. Para hacerlo, ella recurrió a un elemento que ha introducido una y otra vez en sus ilustraciones: los somieres que se han convertido en un símbolo del feísmo, pero que ella reivindica. «Nese concepto do feísmo hai moito de critica destrutiva, de minar a confianza da xente porque a xente que se infravalora é moito máis fácil de controlar», explica. Pero ese ya es otro tema. En el caso que nos ocupa, los somieres representan «a fraxilidade dos medios» con los que Galicia afrontó la marea negra. 

OSCAR VíFER

También recibió la cambadesa otro encargo, el de dar forma al ghaiteiro petroleiro que da nombre a la baraja. Y de nuevo, el universo Deica! -ese es el nombre bajo el que comercializa sus creaciones- vuelve a brillar en esta historia de negro chapapote. Una persona enfundada en uno de aquellos trajes blancos que vestían los voluntarios, con el rostro cubierto por una máscara antigás, toca una gaita y logra, con la fuerza de la música (con la fuerza del arte) eliminar el fuel. O, como dice la propia artista en Twitter, «arte e cultura transformando a destrucción en creacion e movemento, en menciña contra a desesperación e altofalante para berrar o indescriptible»

Las cartas de la baraja son el ingrediente principal de una exposición desplegada en el Reina Sofía. El museo lo explica así: «Esta baraja, así como sus ilustraciones originales, resultado del trabajo de dibujantes, artistas, fotógrafos, grafistas y diseñadoras, constituyen el eje central de Las cartas sobre la mesa, una muestra documental alrededor de los juegos de cartas como forma de arte político».