La tienda de las muñecas vuelve con Mari

Bea Costa
bea costa REDACCIÓN / LA VOZ

CAMBADOS

Martina Miser

Ana murió hace seis meses y con su marcha cerró una de esas tiendas de barrio intrincadas en el casco histórico de Cambados. Su hermana recoge ahora el testigo con nuevo nombre y muchos proyectos

01 oct 2022 . Actualizado a las 00:25 h.

La que empezó siendo la tienda de Genita, en 1975, se convirtió después en la tienda de Ana, su hija, y ahora su hermana Mari Sánchez le da una tercera oportunidad bajo el nombre de Taramela. A los cambadeses de más edad el nombre le resultará familiar por que ha sido tomado del apodo familiar. Taramelo es sinónimo de ciclismo en Cambados porque su abuelo abrió el siglo pasado un taller de bicicletas frente al parador y sus hijos siguieron con la tradición, llegando alguno de ellos a disputar la Vuelta a España. Por la línea materna también hay cultura comercial porque una tía abuela tuvo una tienda de telas y su bisabuela regentó otro negocio en Fefiñáns.

La de Genita era de esos establecimientos que salían a la calle, literalmente, porque cada mañana sacaban el género como reclamo para vecinos y turistas. Con las flores llegaron los cestos y con los cestos las muñecas, los juguetes y los suvenires. En aquella tienda, que era vivienda en la planta superior, se criaron Mari y Ana en unos tiempos en los que los pequeños negocios se llevaban en familia y ofrecían un lugar donde socializar y echar una parrafada.

Con la segunda generación llegaron algunos cambios propios del nuevo siglo XXI, pero la tienda nunca perdió su esencia y se resistió a la irrupción en sus estanterías del producto made in China. Quien iba a la tienda de Ana sabía que allí iba a encontrar otra cosa: artículos fabricados casi siempre en España y con la calidad como bandera.

Las muñecas se convirtieron en su estandarte, muñecas que en ocasiones vestía la propia Ana con las virguerías que hacía con ganchillo y calceta. «Aprendeulle a calcetar a medio Cambados», cuenta su hermana. A ella también se le dan bien las labores y más de una manta ha hecho con sus manos; ahora calcetará, además, para sus muñecas.

La muerte de Ana, hace seis meses, anunciaba el final de esta mítica tienda. Se llegó a poner la mercancía en liquidación y el escaparate no se volvió a encender, pero el espíritu de los taramelos resiste. Mari dejó atrás el Londres en el que vivió durante 22 años y regresó a sus orígenes. Le hubiera gustado poder compaginar su trabajo como delineante teletrabajando desde Cambados —como hizo durante ocho meses de pandemia— pero no fue posible y tuvo que tomar una decisión. Entre irse y quedarse optó por quedarse y se puso tras el mostrador como hacía de jovencita. Una de sus apuestas es la artesanía de Galicia, bien sea vendiendo patelas hechas con madera de castaño como las que antes se utilizaban para transportar el pescado, bien con unas piezas de cerámica de Buño o con las joyas confeccionadas con conchas que firma la grovense Montse Betanzos.

Todo ello sin renunciar a ese género que nunca puede faltar en una tienda situada en una zona turística como son los paraguas y los chubasqueros a los que recurrir cuando aparece un día de lluvia, los socorridos imanes para regalar a tres euros y camisetas, libretas o fundas de móvil. Y no faltan, ni faltarán, las muñecas. Las mejores son las de Alicante, asegura, y ya pueden serlo porque tiene una que cuesta 110 euros. Mari también presume de una hucha con forma de vaca de diseño belga y de bolsos y otros complementos de marca como signos diferenciadores de su establecimiento.

Taramela se dirige al turismo, por supuesto, pero también a la clientela del pueblo, que tiene en este abigarrado universo un referente a la hora de comprar un regalo y al que asoman los vecinos aunque solo sea para saludar o para alegrarle la mañana a Mari con unas uvas catalanas que tanto le gustan. Esa familiaridad y cercanía es lo que más echaba de menos en el cosmopolita Londres, algo que ahora puede recuperar gracias al legado de Genita. En la trayectoria de la tienda no faltan los rostros populares. El periodista Fernando Ónega, los presentadores de televisión María Teresa Campos y Andoni Ferreño, la familia del desaparecido Joaquín Prat —asidua de Cambados— y, últimamente, el cantante del grupo de heavy metal Hamlet figuran entre sus clientes. Otros prefieren no pasar por caja. Con las aglomeraciones que se forman en esta zona tan transitada en verano no falta quien aprovecha para meter una figurita en el bolsillo. Solo una vez pudo haber llegado la cosa a mayores, cuando intentaron romper el cristal para entrar en el establecimiento, pero los cacos salieron corriendo y todo se quedó en un susto. 

A Taramela le toca ahora seguir escribiendo la historia de la tienda y, con ella, un trozo de la historia de la cuna del albariño.