José Crespo: «Coñezo a todos os veciños de Oubiña polo nome e apelidos»

Bea Costa
Bea Costa CAMBADOS

CAMBADOS

MONICA IRAGO

La parroquia le rinde este domingo un homenaje por sus 50 años de sacerdocio

21 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El domingo será un día feliz y muy especial para el párroco de Oubiña (Cambados), José Crespo Iglesias. Los catequistas Adrián, Sandra y Rosita y el sacristán Héctor le han organizado una fiesta homenaje por su 50 aniversario como sacerdote que constará, como no, de una misa (13.30 horas) y una comida en la bodega Gran Bazán a la que se han anotado 170 personas. Don José, como le llaman sus feligreses, está muy agradecido por esta muestra de cariño que le llega a los 81 años, que el 31 de agosto —día de San Ramón, apostilla como buen cura— se convertirán en 82.

Grovense de cuna, nació en 1940 en San Vicente, a los 25 años empezó su periplo como coadjutor. Los dos primeros años lo hizo en Santa María de Beluso (Bueu) y los cuatro años siguientes en Rianxo. El 14 de abril de 1972 se estrenó como sacerdote en la parroquia de San Vicente de Oubiña, y allí sigue, a cargo, además, de las parroquias de Corvillón y de Solobeira.

José Crespo es de aquellos sacerdotes que, además de dar misa e impartir los sacramentos, contribuyó a la dinamización cultural y social de su parroquia, bien fuera organizando excursiones o creando grupos de teatro y danza tradicional. Entre sus méritos figura haber puesto el germen a agrupaciones como Xironsa, asociación que hace seis años le brindó un reconocimiento público por su labor en favor de la cultura gallega.

«Aqueles eran outros tempos», señala al echar la vista atrás. Hoy en día hay otras posibilidades y ya nadie necesita al cura para organizar un viaje o montar un grupo de baile, pero don José sigue al pie del cañón y seguirá mientras el cuerpo aguante. De momento, dice se encuentra con fuerzas, pero no es ajeno a que algún día Oubiña se podría quedar sin párroco y tendría que recurrir a una unidad pastoral. Es la consecuencia del déficit de vocaciones —este año se ordenan solo tres curas en la diócesis— lo que mantiene al clero bajo mínimos a la hora de atender a las más de mil parroquias de la diócesis de Santiago.

Entre tanto, a José Crespo le quedan muchos bautizos, comuniones, bodas y funerales por oficiar. Su posición lo convierte en un testigo excepcional de la historia de esta pequeña parroquia cambadesa. «É unha satisfacción ver crecer aos veciños en todos os aspectos, físico, humano e relixioso. Coñezo a todos polo nome e apelidos», comenta. Y no se olvida de los que ya no están, «Cando cheguei aquí nun ano enterrei a doce persoas, pensei que así ía quedarme sen xente», recuerda entre bromas. Pero no. Oubiña no se ha vaciado y mañana le demostrará que sigue teniendo a los feligreses cerca.