La trompeta celta sonó en Cambados

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

Martina Miser

Abraham Cupeiro descubrió las músicas del pasado a 700 escolares

06 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Es habitual que la música suene en el auditorio de Cambados. Allí se ubican la escuela y el conservatorio municipales y allí se celebran numerosos conciertos a lo largo del año, pero nunca se había escuchado algo como lo que ofreció ayer el sarriano Abraham Cupeiro. Este musicólogo se ha convertido en uno de los mayores expertos en las músicas del pasado, las que nos llegaron de los ancestros celtas y de otras civilizaciones del planeta, tales como la del karnyx, la gran trompeta celta de la Edad de Hierro, construida en bronce, suspendida verticalmente y con la campana en forma de cabeza de jabalí. Por supuesto, ayer fue la gran atracción de los conciertos didácticos ofrecidos por Cupeiro y organizados por el conservatorio municipal. De 9.45 a 12.30 horas, 700 alumnos de los colegios de Cambados tuvieron la ocasión de asistir a una clase magistral, en tres turnos, bajo el título «Resoando no pasado», en la que Cupeiro habló, tocó y estuvo acompañado por la banda juvenil del propio conservatorio.

Martina Miser

Un lujo, en palabras del director de la escuela, Daniel Figueira, que está encantado con la experiencia. A gusto se le vio también a Abraham Cupeiro, que alternó sus explicaciones sobre los ritmos de África y el Caribe con interpretaciones que, en ocasiones, fueron acompasadas por palmas de los chavales.

Otras facetas

Este músico no solo hace didáctica. También recupera y construye instrumentos que, de otro modo, no pasarían de ser piezas de museo. Él les da vida y las coloca en el panorama musical del siglo XXI con trabajos como Pangea, un disco grabado en noviembre de 2019 con la Royal Philarmonic de Londres en los míticos estudios Abbey Road.

El karnyx que utilizaban las tropas de Julio César para atemorizar a sus enemigos y la corna de tradición gallega, que tocaba su abuelo y que aparece en las iluminaciones de Alfonso X, se han convertido en los buques insignia de su Cupeiro, en la que caben docenas de instrumentos. Solo para la sesión de ayer en Cambados utilizó cuarenta. Sus actuaciones no dejan a nadie indiferente. Es imposible sustraerse a la marea de sensaciones que despiertan las trompetas del pasado, a cada cual con una forma y un sonido más sugerentes. Y ayer Cupeiro logró sorprender y emocionar al público. «A este si que había que traelo ao Albariño», apuntaba uno de los asistentes. Este año ya no será. Entre tanto, siempre se le puede escuchar a través de Youtube.