Los gallegos que plantan el paraíso del fútbol en Maldivas

CAMBADOS

cedida

Coordinados por el cambadés Blas Charlín, trabajan con la federación nacional en el desarrollo del balompié local a través de una academia

15 abr 2022 . Actualizado a las 10:52 h.

Son siete, ocho junto al luso Eduardo Gonçalves, y llevan en Maldivas desde mediados de octubre del 2021. Y no, lo que movió a este grupo de entrenadores de fútbol gallego-portugueses a recorrer 9.000 kilómetros en avión no fue un largo viaje de placer a uno de los grandes destinos paradisíacos del turismo mundial. Con el cambadés Blas Charlín al frente como coordinador, el grupo se ocupa desde hace medio año de levantar los pilares del proyecto que, a seis años vista, Real Hispania MS2, la empresa deportiva del ex internacional gallego Míchel Salgado, impulsa de la mano de la federación nacional de fútbol del pequeño y singular país asiático. Un archipiélago compuesto por 26 atolones con forma de anillos y más de mil islas de coral en el que se busca descubrir y pulir con jugadores de 12 a 17 años con el objetivo de elevar a medio plazo el nivel del fútbol en Maldivas.

Hasta este mes el trabajo de Charlín y sus compañeros de aventura se centró en labores de reclutamiento de jugadores y formación de técnicos. «Chegamos na que aquí era a segunda vagada do covid. Pegou forte. As escolas e moitas das illas estaban pechadas e case non podiamos saír do atolón da capital, Malé», cuenta Charlín. Tras poder abrir su radio de acción y después de haber puesto en marcha 18 grupos de trabajo en otras tantas escuelas en Malé, donde se concentra alrededor de la mitad de los algo más de medio millón de habitantes de Maldivas; el equipo gallego-portugués cuenta los días para la siguiente fase del proyecto tras la apertura de la academia que servirá de centro neurálgico de su actividad, cuya obra de construcción prevén concluya en mayo o junio.

Primera División y selección

Para entonces, finalizado también el mes del Ramadán, que como en buena parte de los países de mayoría musulmana, marca la vida diaria de los maldivos, Charlín podrá empezar a trabajar ya a fondo entre las paredes de la academia junto a los también cambadeses Ángel Oliveira y Jhon Ríos, los vigueses Abel Agrás e Iñaki Pérez, los coruñeses Fran Caínzos y José Varela y el mencionado Gonçalves. Todos, entrenadores a excepción de Varela, fisioterapeuta. Juntos dotarán de contenido a unas instalaciones con residencia para un centenar de deportistas, dos campos de fútbol, gimnasio y comedor. Medios para un fin, explica el coordinador: «O noso proxecto é formar xogadores, educalos en valores, darlles unha nova forma de vida sustentada sobre o deporte. Traballando cunha mesma metodoloxía. Organizando torneos e campus; e formando adestradores locais, con cursos, clínics...». A medio plazo, añade: «O obxectivo cos xogadores de 17 anos é facer ao final do seu paso pola academia un draft para que os equipos de Primeira do país os elixan e os fichen». Y con la vista un poco más allá, la labor de concentración y tecnificación de las mayores promesas del fútbol de las islas deberá servir para reforzar su selección nacional.

Aunque emplearán una metodología única, Blas Charlín apunta que esta se adaptará al perfil de los jugadores locales, y no al revés. ¿Y cómo es el futbolista maldivo?: «Atopamos un xogador rápido e hábil. Tacticamente estálles custando. Pero creo que imos conseguir bos resultados, porque é un país moi futboleiro; gústalles xogar en calquera esquina».

Un responsable políglota y curtido en cuatro continentes encantando con el país

Blas Charlín está disfrutando al máximo de su experiencia asiática, como de todos y cada uno de sus anteriores destinos profesionales. Plazas que conforman un singular currículo internacional que arranca en 2015 con su fichaje como ayudante de Zeca Amaral en el Sport de Luanda e Benfica en la máxima categoría del balompié angoleño. La Academia de Fútbol de Angola y las academias del Celta en Brasov (Rumanía) y Campeche (México) precedieron a su aterrizaje en Maldivas.

«Míchel Salgado contactou comigo para ofrecerme o proxecto de Maldivas no 2021. Acababa de chegar de México e traballaba nas escolas galegas do Celta. Inmediatamente contesteille que si. Pareceume un proxecto espectacular», recuerda Charlín. La pandemia lo retrasó. Pero tras dos meses de preparación en la Fursam Hispania, la academia de Salgado en Dubái, el políglota arousano, que además de gallego y español habla portugués e italiano, algo de rumano y va camino de dominar el inglés, comenta que «Maldivas é un país moi, moi distinto a todos nos que vivín antes» por su carácter insular y musulmán. Una sociedad que ha acogido a los gallegos «moi ben» y de la que Charlín destaca: «A xente confórmase con pouquiño. Vive moi tranquila e non se ve miseria».