Mientras no se ejecutan los trabajos, la flota y los usuarios de la lonja de Cambados seguirán obligados a convivir con la incomodidad de no disponer de la fábrica de hielo. En estos momentos, este se está comprando en Marín, desde donde se traslada en camiones hasta el puerto de Tragove. «Xa pasamos todo o verán así e resulta realmente incómodo», explicaba ayer el patrón mayor cambadés, que reconoce que la búsqueda de una solución para la fábrica se ha demorado más de lo que le hubiese gustado. «Pero houbo que darlle moitas voltas, facer o proxecto e buscar os cartos», señala Ruperto Costa. Ahora, el asunto parece estar encaminado.