Una calle de Cambados que no ve el final

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

Martina Miser

La apertura de A Pacheca daría fluidez al tráfico en los accesos al casco urbano. El Concello recurrirá a la vía de la expropiación

19 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace este mes cuatro años que la apertura de la calle de A Pacheca alimentaba titulares de prensa y el debate en el pleno de Cambados. Transcurrido ese tiempo, la calle sigue sin abrirse, una cuenta pendiente que quedará saldada en el 2022, según la previsión del concejal de Urbanismo, Xurxo Charlín.

Esta obra requiere la ocupación de propiedades privadas que, a día de hoy, siguen sin estar disponibles. Las negociaciones con los propietarios las hubo ya en la época de José Ramón Abal como concejal del cuatripartito y estos están conformes con ceder los terrenos, según confirma Charlín, pero de las palabras a los hechos hay un trecho, y a la hora de materializar esta cesión en un documento notarial han surgido muchas trabas que impiden completar la tramitación.

Así las cosas, y con el propósito de no dilatar más esta actuación, en el Concello han optado por recurrir a la vía de la expropiación. No será un procedimiento penoso para nadie, afirma Charlín. «Os propietarios están de acordo e para o Concello non son moitos cartos, non máis de dous mil euros».

La intención del edil es dejar este asunto zanjado antes del verano, de manera que dentro de un año la vía se conecte con la calle de O Castro (que da acceso desde la avenida de Vilariño a la Pastora). Se convertirá en un carretera importante a la hora de canalizar el tráfico que entra y sale del casco urbano y, con ello, además de ganar tiempo para los conductores, se evitará el colapso que se forma en horas punta a la altura de las ruinas de Santa Mariña.

Una vez derribados los muros que ciegan la calle de A Pacheca, lo que corresponde es urbanizar el nuevo tramo, dotándolo de aceras y servicios como alumbrado, alcantarillado y suministro de agua. Para ello es necesaria una financiación que todavía no existe, aunque Xurxo Charlín se muestra optimista y dice que el dinero no será problema; se conseguirá a través del Plan Concellos de la Diputación de Pontevedra o recurriendo a fondos propios, explica.

Hay que tener en cuenta que cualquier intervención en la zona de A Pacheca está sujeta a un plan especial, un instrumento urbanístico que sirve para ordenar los usos de un territorio. El edil de Urbanismo sostiene que el procedimiento está bastante avanzado y confía en que el documento pueda llevarse a pleno este mismo año.

Martina Miser

Superado este trámite, todavía quedarán otros cabos por atar. La zona de A Pacheca —situada en las proximidades de Os Pazos— está afectada por una unidad de gestión (UG-6) cuyo desarrollo está a expensas de la iniciativa de los propietarios de los terrenos. Cuenta Charlín que estos están por la labor y que volverá a ponerse en contacto con ellos en las próximas semanas para tratar de agilizar el proceso.

El desarrollo de este suelo permitirá abrir una nueva calle que unirá la de A Pacheca con la avenida de A Pastora y dará la posibilidad de construir viviendas de una planta y aprovechamiento bajo cubierta. La UG-6 prevé la dotación de tres mil metros cuadrados para equipamientos y zonas verdes y la creación de 17 plazas de aparcamiento en la vía pública y otras 66 de titularidad privada.

Los nuevos viales en las inmediaciones del colegio San Tomé y la avenida de O Salnés, también en el tintero

La intervención en A Pacheca forma parte de un paquete de actuaciones en materia urbanística que el gobierno local se propuso desarrollar para este mandato, pero entonces, en 2020, nadie contaba con que una pandemia iba a irrumpir en nuestras vidas. La crisis sanitaria trastocó esta hoja de ruta y aquellos objetivos no podrán cumplirse. Ocurre, por ejemplo, con las bolsas de suelo urbanizable de O Cruceiro y la avenida de A Pastora-Os Olmos. En el primer caso se trata de abrir la calle situada detrás del colegio Antonio Magariños para conectarla con la avenida de O Salnés, lo cual permitiría mejorar la accesibilidad a la zona, ganar 35.000 metros edificables y cerca de quinientas plazas de aparcamiento. En el segundo caso los planes pasan por abrir un nuevo vial entre Rúa Nova y San Roque, que posibilitaría ganar 25.000 metros cuadrados edificables en el corazón del pueblo para construir vivienda unifamiliar y colectiva. Además, se habilitarían 4.000 metros cuadrados para equipamientos públicos y se crearían 400 plazas de aparcamiento públicas y privadas. Ambos proyectos están ya plasmados en los planos, pero tendrán que esperar a tiempos más propicios para ver la luz.

Xurxo Charlín se muestra más optimista respecto a las unidades de gestión. A la ya mencionada UG-6, la de A Pacheca, hay que sumar la UG-8, que establece la apertura de un vial entre las calles de Os Olmos y A Grenla. Esta actuación supondría una mejora notable en los accesos al colegio San Tomé y al instituto Francisco Asorey además de sumar un nuevo espacio verde en el pueblo. Se ganarían 6.171 metros edificables con viviendas de hasta dos pisos y bajo cubierta y 77 plazas de aparcamiento públicas y privadas. Para desarrollar este plan se precisa el acuerdo de todos los propietarios, pero dos de ellos se oponen a la operación. Pese a todo, el Concello dispone de mecanismos legales para abrir la calle, independientemente del desarrollo urbanístico de los terrenos colindantes, y Xurxo Charlín afirma que esta obra se hará, más pronto que tarde.

En el caso de la UG-8, el concejal tuvo, al menos, la oportunidad de reunirse con los propietarios. En la otra unidad de gestión pendiente de ejecución, la UG-10 —que abarca los terrenos situados entre la calle Rosalía de Castro y la avenida de O Salnés—ni siquiera fue posible iniciar las negociaciones. Son 45 los propietarios afectados y las restricciones de la pandemia impidieron convocar reuniones tan multitudinarias, argumenta Charlín.

El covid ha obligado a reprogramar la agenda del departamento de Urbanismo del Concello, y no solo a la hora de aparcar proyectos pendientes. La pandemia originó más trabajo. En el último año se han disparado las solicitudes de licencias para obra nueva y rehabilitaciones —380 en 2021 frente a las 319 de 2018—, lo cual genera unas necesidades que obligan a desatender otros frentes, argumenta Xurxo Charlín.