Descubren una necrópolis en Castrelo al instalar una canalización eléctrica

Rosa Estévez
rosa estévez CAMBADOS / LA VOZ

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CEDIDA

Las cuatro tumbas, romanas o altomedievales, han sido protegidas y tapadas de nuevo siguiendo las directrices de Patrimonio

07 may 2022 . Actualizado a las 14:05 h.

En Castrelo, los ojos se abrieron como platos al oír que frente a la iglesia de Santa Cruz, bajo la carretera, habían aparecido restos humanos. Trabajadores de la empresa UFD, distribuidora eléctrica de Naturgy, estaban canalizando por ese punto una red para dar servicio a un nuevo restaurante de la zona, cuando hicieron el hallazgo. «Nada más empezar este proyecto ya habíamos descubierto material romano disperso y algunas estructuras en negativo», explica Lino Gorgoso, integrante del equipo de Adro Arqueoloxía que realiza el control arqueológico de esta obra. Pero aquellos primeros hallazgos no le hicieron sospechar lo que esta semana les esperaba en Castrelo: en el perfil de la zanja surgieron restos de lo que parecía ser una inhumación. Al ampliar la cata, descubrieron otra justo en la base de la obra. «Se descubrió al completo para poder valorar lo que había allí», explica Gorgoso.

Y lo que había eran los restos de un cuerpo de 1,68 metros de altura, enterrado en una fosa de 1,70 excavada en la roca blanda. El cuerpo, que parece ser de una mujer por la apertura de la pelvis, está enterrado de cúbito supino, con piedras sobre los hombros -una práctica común cuando el enterramiento se realizaba poco después de la muerte, para evitar que el cuerpo viese alterada su postura-. Las excavaciones han permitido descubrir que la ocupante de esa tumba no estaba sola: en su entorno había, al menos, tres sepulturas más.

Los arqueólogos, siguiendo las directrices de la Dirección Xeral de Patrimonio, recogieron todos los materiales necesarios para poder seguir haciendo averiguaciones sobre el origen de esta necrópolis. Las primeras hipótesis pasan porque sean enterramientos de época romana o altomedieval, ya que «sobre ellas aparece material romano». En cualquier caso, habrá que esperar los resultados de las pruebas que se practiquen: en las tumbas no aparecieron restos que permitan afinar, de momento, la datación.

Con el trabajo de campo ya hecho, y tras analizar el hallazgo, Patrimonio ha pedido a UFD que modifique ligeramente la trayectoria de su canalización para no tocar las tumbas encontradas. El recorrido de los tubos se ha retranqueado para apartarlo del hallazgo. Además, los restos se han protegido con arena y material geotextil antes de volver a ser tapados, sin moverlos de su emplazamiento original. Ese trabajo se hizo ayer por la mañana, para evitar sobresaltos a los vecinos de Castrelo y, especialmente, a la rapazada que acude al colegio cercano.

«Al ver que la obra no iba a tener afectación sobre los hallazgos, se ha optado por dejarlos en el lugar en el que estaban», explica Lino Gorgoso. Los restos han quedado bien documentados y ahora los cuatro cuerpos allí enterrados podrán seguir con su sueño eterno. Los arqueólogos sospechan que los restos puedan pertenecer a un antiguo camposanto, que estaría vinculado al original templo de Santa Cruz. «Esto formaría parte del atrio de esa iglesia», explica Gorgoso.

Su empresa realiza los controles arqueológicos para UFD. Asegura que en esos trabajos, aparentemente rutinarios, «se suelen encontrar más cosas de las que se piensa». Muros de época romana, algunos estructuras en negativo... «Encontrar cuerpos, como en este caso, no es habitual, dadas las características de los suelos gallegos», explica.