El fagot y el ukelele piden paso en clase

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

Las escuelas de música municipales ultiman los preparativos para iniciar el curso

16 sep 2021 . Actualizado a las 09:27 h.

Una vez iniciado el curso en colegios e institutos, el turno es ahora para las escuelas y conservatorios de música. La formación musical se ha generalizado en los concellos hasta el punto de que en la mayoría de ellos hay centros de enseñanza municipales, y en los que no existen, son las asociaciones de las bandas de música las que asumen este rol, caso de Ribadumia y Meis.

A lo largo de este mes comenzarán las clases. En Cambados serán de los más madrugadores. Ayer realizaron el acto de presentación para los padres y el lunes, los acordes volverán a inundar las estancias del edificio de A Xuventude. La escuela y el conservatorio cuentan con 180 alumnos, desde los cuatro a los ochenta años, matriculados en numerosas especialidades. Las más demandadas vuelven a ser la guitarra y el piano, con lista de espera, y este año se incorpora el fagot.

En Vilanova también arranca el curso con nuevas especialidades, el ukelele, contrabajo, bajo e improvisación, que se suman a las clásicas de música en movimiento, flauta, guitarra o trompeta.

La escuela municipal cuenta 110 alumnos -que podrían ser más porque el plazo de matrícula sigue abierto, y suma un nuevo profesor a su plantel docente. Las clases se iniciarán el 27 de septiembre en el edificio de O Esteiro después de dos años de parón como consecuencia de la pandemia.

A lo largo de este mes abrirán también las escuelas municipales de O Grove y de Catoira mientras que las de A Illa y Vilagarcía empezarán el 1 y 15 de octubre, respectivamente. A la oferta pública hay que añadir las academias privadas.

Cambados arranca el lunes sin control de temperatura y más alivio en el aula

El covid sigue condicionando la dinámica de las clases de música, y van tres cursos consecutivos. La escuela de Cambados es de las que aquel aciago 2019 se adaptó a marchas forzadas para continuar con la enseñanza por vía telemática. Aquellos tiempos quedan atrás, pero la pandemia se resiste y el lunes habrá que volver a tocar el violín con la mascarilla puesta; solo se podrá retirar en las clases de clarinete, saxofón y otros instrumentos de viento. No obstante, algunas restricciones se alivian. Se reduce la distancia entre pupitres, de 1,50 a 1,20 metros, y se permite compartir el material escolar. Seguirá siendo obligatorio desinfectar manos y calzado al entrar en el centro, pero ya no se harán los controles de temperatura. A partir de ahí «a traballar para seguir sendo un centro de referencia en Galicia», apunta el director, Daniel Figueira.