Merchi vuela ya hacia Corea: «É unha montaña rusa de emocións, estou contenta e estou preocupada»

Bea Costa
Bea Costa CAMBADOS

CAMBADOS

Ramón Leiro

La cambadesa recibirá por fin un tratamiento para su atrofia muscular espinal (AME) por el que lleva esperando desde hace seis años

13 sep 2021 . Actualizado a las 00:47 h.

A la 8.45 horas estaba preparada en la puerta de su casa, en Castrelo (Cambados), para emprender el viaje más importante de su vida, tanto que le va la vida en ello. Llegó el día. Merchi Álvarez Fernández vuela a esta hora rumbo a Frankfurt desde donde cogerá un segundo avión que la llevará a Seúl. Allí está el único hospital donde le pueden proporcionar un tratamiento para la atrofia muscular espinal (AME) que le diagnosticaron en el año 2015. Entonces tenía 26 años, dos hijos y practicaba taekuondo. Seis años después, aquellos niños que son su razón para vivir se han convertido, además, con 10 y 16 años, en sus piernas y en sus brazos, porque Merchi ya no se puede mover.

La enfermedad no da tregua y hace tiempo que la ha condenado a una silla de ruedas, de modo que Mateo, Brais y sus padres se han vuelto indispensables para poder desenvolverse en su día a día. Ninguno de ellos puede acompañarla en este momento tan crucial. La única persona que va con ella es Tania, su enfermera y cuidadora, a cuyo lado estará durante su estancia en Seúl. Si se cumple el programa previsto, mañana al mediodía pisará suelo coreano y si la PCR no da sorpresas desagradables, Merchi y Tania cogerán un taxi burbuja e ingresarán en el hospital —donde dispondrán de la ayuda de un intérprete— para recibir el primer ciclo del tratamiento para su AME de tipo 4.

Es imposible medir las esperanzas que hay depositadas en esta terapia, lo que sí se puede cuantificar, y se ha hecho euro por euro, es el apoyo material que ha recibido esta carismática mujer para poder cumplir su sueño. La aventura de Corea cuesta 80.000 euros, una cantidad que logró reunir gracias a las aportaciones en una cuenta corriente abierta a tal efecto y a la recaudación obtenida en un sinfín de causas solidarias que se organizaron en las últimas semanas. Incluso le han compuesto una canción que circula por las redes sociales.

A Merchi ya no le quedan palabras para agradecer semejante muestra de cariño popular y por eso dice que «esta viaxe facémolo todos». Los primeros, su familia, que esta mañana no podía contener las lágrimas a la hora de despedirla en la Rúa O Adro, desde donde se trasladó a Oporto para coger su primer vuelo. «É unha montaña rusa de emocións, estou contenta, estou triste, estou preocupada...», comentaba a este diario sin perder su eterna sonrisa.

Nos promete que nos mantendrá informados en estos días tan difíciles. La previsión es que esté hospitalizada durante cuatro días y a partir de ahí, deberá guardar cuarentena en una residencia hasta su vuelta, el 28 de septiembre. Pero no se acabará ahí su peripecia. En cinco semanas tendrá que repetir este recorrido y todavía habrá una tercera ocasión, porque el tratamiento precisa una pauta de tres ciclos. Será entonces cuando se pueda testar su eficacia y valorar si Merchi podrá recuperar algo de movilidad. De momento, prefiere no especular y lo deja todo en manos de los médicos.

La cambadesa empezó su batalla contra la AME hace seis años echando la lengua, un gesto que se convirtió en su santo y seña en todas las actividades que organizó para dar visibilidad y recaudar fondos para que se investigue una de esas enfermedades raras para las que sigue sin haber cura. Después llegó la asociación Galiciame, las visitas a los políticos en el Senado y el Parlamento gallego y algunas alegrías también, como fue procurarle un tratamiento al pequeño Tiago. Ahora es su turno.