Vilagarcía regresa al nivel medio-bajo de restricciones, con mayor margen para la hostelería

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

CAMBADOS

MONICA IRAGO

Vilanova abandona el cierre perimetral, en el que continúa Cambados, mientras que Valga empeora y se introduce en la categoría media de las limitaciones

13 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La segunda semana de mayo avanza con tres cambios en las limitaciones a las que se están viendo sometidos los municipios de O Salnés a raíz de la pandemia. Dos de esas alteraciones son positivas, aunque cualquier ponderación de este fenómeno debe leerse entre comillas. La tercera es de carácter adverso. Entrarán en vigor mañana a medianoche. Es decir, sus efectos se dejarán notar al completo el viernes.

Tal y como había quedado claro tras la reunión del comité clínico que asesora a la Xunta, Vilanova abandona el nivel máximo de restricciones, cuyo umbral se sitúa a partir de los quinientos nuevos casos registrados en catorce días por cien mil habitantes. Es cierto que, en realidad, el concello arousano llevaba tiempo por debajo de este límite, pero la existencia de brotes sin relación demostrada preocupaba a las autoridades sanitarias ante el riesgo de que los contagios pudiesen descontrolarse. Transcurrido el tiempo suficiente para comprobar que la evolución de Vilanova va a mejor, el cierre perimetral será levantado y la hostelería podrá, al menos, hacer funcionar sus terrazas a la mitad de su capacidad.

Mejor se presentan las cosas en Vilagarcía tras varias semanas en el nivel medio de restricciones, lo que obligaba a utilizar únicamente el 30 % de la capacidad interior de bares, cafeterías y restaurantes, y la mitad del aforo en las terrazas. Con su descenso a la categoría medio-baja, en la que se encuentran la mayoría de los municipios gallegos, estos márgenes se amplían al 50 % en el interior de los locales y el 75 % en el exterior. Restaurantes emblemáticos que llevaban tiempo cerrados, como el Altamira, recuperan a partir de hoy su funcionamiento, al igual que en O Grove el Culler de Pau de Javier Olleros, que podrá desplegar sus dos estrellas Michelin.

La tercera variación tiene a Valga como protagonista. Aunque el comité clínico considera que los brotes que permanecen activos están controlados, lo cierto es que su tasa de incidencia ha crecido hasta justificar su inclusión en el nivel medio de restricciones, precisamente el que abandona Vilagarcía. En resumidas cuentas, interior de negocios de hostelería al 30 % y terrazas a la mitad de su capacidad.

La peor situación sanitaria continúa centrada en Cambados. Con los últimos datos del Servizo Galego de Saúde (Sergas), su tasa a catorce días se sitúa en 654 nuevos casos en catorce días por cien mil habitantes, muy por encima de los 500 que permitiría a la villa del albariño dejar las restricciones máximas. El polo opuesto apunta a Pontecesures y Meis, que llevan dos semanas sin un solo contagio, y también a Ribadumia y O Grove, donde tampoco se han detectado en los últimos siete días.