Sara Aguado, el símbolo de la lucha de los transexuales en Cambados, denuncia una nueva agresión verbal

Bea Costa
Bea Costa CAMBADOS

CAMBADOS

MARTINA MISER

«Estoy acostumbrada a los insultos, pero no que a que me amenacen de muerte», señala

08 abr 2021 . Actualizado a las 11:08 h.

Sara Aguado, que el pasado año se convirtió en un símbolo de la lucha de los transexuales en Cambados, tuvo que volver al cuartel de la Guardia Civil para denunciar una nueva agresión verbal. Ocurrió el martes por la tarde, cuando se encontraba en un bar de la localidad y fue increpada por un joven, vecino de A Illa, que mostraba síntomas de ebriedad. Sara solicitó la presencia de la policía local y grabó un vídeo para recoger pruebas de lo sucedido. Después se dirigió al cuartel a interponer la correspondiente denuncia y lo hizo, una vez más, acompañada por la alcaldesa Fátima Abal, que además de autoridad local es amiga y ha estado a su lado desde que esta palentina de nacimiento se instaló en Cambados hace un par de años.

En septiembre del 2020 su rostro saltó a los medios de comunicación al denunciar que había sido objeto de insultos en la terraza de otro bar mientras desempeñaba su trabajo como personal de limpieza del Concello de Cambados hecho que propició la celebración de una manifestación en el pueblo para reclamar los derechos del colectivo transexual de la mano de la asociación Nós Mesmas. A partir de ahí, Sara Aguado manifestó su deseo de crear su propia asociación en defensa del colectivo LGTBI, pero aquel proyecto se quedó por el camino. Con todo, sigue dando pasos al frente a la hora de reivindicar una sociedad igualitaria, como ocurrió la semana pasada con motivo de la lectura de un manifiesto a propósito de la conmemoración del Día de la visibilidad trans que organizó el Concello de Cambados, y sigue su batalla, aunque la última vez que recurrió a los juzgados no obtuvo la respuesta que ella esperaba.

«Yo voy a seguir luchando por nuestros derechos, aunque sea sola. Estoy acostumbrada a los insultos, pero no que a que me amenacen de muerte. Ya está bien de que no nos vean como personas normales», explica Sara, que ahora, una vez que se le terminó el contrato, comienza otra lucha; la de encontrar trabajo. «Cuando iba a buscar trabajo me miraban a arriba a abajo y no me daban trabajo, espero que esto no vuelva a suceder». El caso de la agresión anterior fue archivado, pero ella no se resigna y anuncia que seguirá denunciando las agresiones si se producen, para la cual cuenta con el respaldo del Concello: «Estas conductas tienen que ser sancionadas», indica la alcaldesa.