El lunes comienza la demolición del cuartel de Cambados

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

Martina Miser

Las obras tienen un coste de 207.611 euros y obligarán a cortar la calle. Hasta que se construya el nuevo edificio, la Guardia Civil seguirá en A Mercede

30 ene 2021 . Actualizado a las 11:12 h.

El 11 de enero es la fecha prevista para empezar con los trabajos de demolición del antiguo cuartel de Cambados. Es el paso previo a la construcción de un nuevo edificio que se va a levantar en la misma parcela para albergar la futura sede de la Guardia Civil. Es una obra importante, se calcula que costará cerca de seis millones de euros, que requiere sus plazos. De momento, la Sociedad de Infraestructuras y Equipamientos Penitenciarios (Siepse) está redactando el proyecto, con la previsión de que los trabajos puedan contratarse a final de año. Entre tanto, las palas tienen mucho faena por delante en las dependencias de Fefiñáns.

Se trata de un inmueble de bajo y tres alturas que hay que demoler, una tarea en la que se invertirán dos meses y que obligará a cortar al tráfico en algunos momentos la calle Valle-Inclán, dado que el derribo a niveles superiores puede comportar la caída de cascotes a la vía pública con el consiguiente riesgo para peatones y conductores. Se actuará sobre una parcela de 3.500 metros cuadrados y el coste de los trabajos de demolición asciende a 207.611 euros.

Una vez que la parcela quede libre, la previsión es levantar dos edificios, uno para oficinas y otro para viviendas de los guardias y sus familias, aunque el diseño definitivo queda a expensas del equipo técnico que está elaborando el proyecto.

Lo que está claro es que el nuevo cuartel tendrá más superficie útil y mejores servicios que el actual, cuyo estado de conservación era tan lamentable que la Diputación de Pontevedra renunció a rehabilitarlo y el Ministerio del Interior decidió entonces abordar la construcción de un nuevo cuartel. Se hará con cargo a los presupuestos generales del Estado del 2021 y una partida de dos millones de euros. La inversión comprometida debe desarrollarse en anualidades sucesivas hasta completar, en el horizonte del 2023, un montante de 5,8 millones de euros.

La idea es que la nueva sede de Cambados actúe como central de la Guardia Civil en la comarca, lo que supondrá que de los 37 guardias actuales se pasará a un centenar.

A la espera de que este proyecto cobre forma, -en el mejor de los casos el cuartel no entrará en servicio hasta 2024- el destacamento de Cambados seguirá prestando servicio desde el edificio municipal de A Mercede, situado a pocos metros de la plaza de Fefiñáns.

El Concello lo cedió al Ministerio del Interior con el fin de evitar el desmantelamiento del servicio y garantizar así su continuidad en Cambados. Hay que tener en cuenta que otros municipios aspiraban a albergar estas dependencias, caso de Vilanova, que incluso manifestó su disponibilidad a ceder los terrenos necesarios. Y en Vilagarcía, el PP llegó a recoger más de un millar de firmas para reivindicar la continuidad del cuartel en la ciudad ante el temor de que este pueda desmantelarse en favor de una central en Cambados.

La cesión de A Mercede dejó al Concello sin uno de sus centros de ocio y obligó a trasladar las clases de zumba y de taekuondo y las oficinas de los servicios juveniles y deportivos. El salón de la planta baja se mantiene para uso de la asociación de jubilados, que celebra allí sus bailes, aunque desde la declaración de la pandemia ya no se utiliza y no se echa demasiado en falta. Cuando concluyan las restricciones por el covid-19 habrá que ver como se concilian los domingos de pasodobles con el trasiego de agentes y detenidos. La Guardia Civil cambió su sede hace un año y la operación requirió de unas pequeñas obras de acondicionamiento en el centro social. El Concello asume, además, los gastos corrientes de agua, luz y calefacción. Un dinero que desde el gobierno local dan por bien empleado teniendo en cuenta que Cambados garantiza así la presencia física y cercana de la Guardia Civil, según explica el concejal de Obras, Samuel Lago.