La Xunta da por perdido el superberberecho y se lanza a por más

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

CAMBADOS

El robo de 5.300 unidades, unos diez kilos, dio al traste con la posibilidad de que en dos años hubiese ejemplares para resembrar bancos en distintos puntos de Galicia

11 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Por más que hubiesen sobrevivido a la marteilia, los berberechos sustraídos de una batea de Cambados con los que los biólogos del Centro de Investigacións Mariñas (CIMA) buscaban estirpes resistentes al parásito no llevaban una capa con una S que delatase su superpoder. A simple vista eran unos berberechos cualquiera. Del montón. De idéntico aspecto a otros ejemplares. Y la jaula en la que se engordaban tampoco tenían identificativo alguno que la diferenciase de las otras que había en el vivero con especies con las que realizan pruebas los técnicos de la cofradía de Cambados, propietaria de la instalación.

Pero justo fue la del CIMA la que se llevaron los amigos de lo ajeno, sin percatarse de que al apropiarse de esos 5.300 ejemplares se llevaban apenas diez kilos de marisco llenos de años de estudio, tiempo de los investigadores, dinero del contribuyente y la esperanza de poder algún día reconstituir las diezmadas poblaciones de berberecho en Galicia. Porque de lo que está convencido Carlos Gabín, director del Centro de Investigacións Mariñas, es de que no hay detrás episodio alguno de espionaje industrial o sabotaje, sino que no es más que un burdo acto de furtivismo, como tantos de los que abundan en todo el litoral gallego.

«Estou convencido de que non sabían o que era; buscaban outra cousa e como deron con iso, leváronno». Una «falcatruada», pero que da al traste con años de trabajo y «bloquea a posibilidade de que en dous anos tivéramo un avance importante e puidéramos colocar individuos resistentes en distintos puntos de Galicia» para volver a tener berberecho en cantidades como las de antaño, en la era previa a la pandemia de marteilia que en el 2012 diezmó los bancos de la especie.

Porque, aclara Gabín, no hay cura para el parásito. «Non hai posibilidade de sulfatar, nin vacunar, nin dispensar tratamento, a única liña é crear familias resistentes e íamos polo bo camiño». Y tanto. Se habían conseguido ejemplares de segunda generación y a punto estaba ya de pasarse a la siguiente.

Ejemplares híbridos únicos

El director del CIMA da por perdidos los superberberechos. No cree que las fuerzas del orden sean capaz de localizar a los autores del robo y mucho menos de recobrar el botín. Así que descarta la posibilidad de recuperar esas unidades, como también desecha la ilusión de recobrar los ejemplares híbridos de croque común y birollo, los primeros producidos en criadero, únicos en el mundo. Pero superada la decepción inicial que supone ver birlados años de estudio, el equipo, compuesto por una decena de personas, se ha repuesto del disgusto y se lanza con ánimos a por más.

Queda en el CIMA una reserva de individuos con ese superpoder de resistencia que Gabín y los investigadores intentarán aprovechar para reanudar los trabajos. Queda también el consuelo que ahora no se parte de cero: «Hai unha experiencia, persoal experto e uns protocolos establecidos que nos permitirán avanzar máis rápido». Y con más ambición, puesto que lo que se pretende ahora es formar un nuevo grupo de investigación que se adentre en esa resistencia y supervivencia a través de marcadores moleculares. Es decir, determinar cuáles son aquellos que hacen que un individuo tenga más aguante que otros frente a la marteilia.

Nuevo equipo investigador

Gabín confía en que a mediados del año que viene ya esté el equipo investigador formado y con ganas de empezar a dar con la solución, que no cura, para que en los bancos gallegos vuelva a abundar una especie tan apreciada como el berberecho.