Los gatos callejeros se multiplican y las protectoras piden auxilio a los concellos

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

CAMBADOS

Protección Civil Vilagarcía

Las asociaciones recuerdan a los alcaldes que están obligados a actuar por ley

12 ago 2020 . Actualizado a las 10:49 h.

En el refugio de animales de Pinar do Rei (Vilagarcía) había ayer 196 gatos, cuatro veces más de la capacidad de sus instalaciones; en el refugio de Cambados optaron por prescindir de la gatera y tienen casas de acogida que se están haciendo cargo de 44 gatos; la asociación O Jato Meco de O Grove, a falta de instalaciones propias, recurre a sus colaboradores para poder dar cobijo a las crías que aparecen desamparadas en la calle.

Los colectivos animalistas dicen que están desbordados y responsabilizan de la actual situación a los concellos. Solo Vilagarcía y Cambados se salvan de la quema. Ambos ayuntamientos mantienen líneas de colaboración con las protectoras para llevar a cabo campañas de esterilización y control de las colonias de gatos callejeros, pero son la excepción.

Hay colaboraciones puntuales, como la firma de un convenio por valor de mil euros, ayer mismo entre el Refugio de Cambados y el Concello de Meis, para proceder a la esterilización de quince gatos de una de tantas colonias que existen en este municipio. «Solo con este convenio conseguimos evitar que nazcan cincuenta gatos, esto es lo que hay que hacer, pero no solo una vez al año. Yo me pregunto, si Cambados lo hace, ¿por qué no el resto de los ayuntamientos?», señala la presidenta del refugio cambadés, Olga Costa. La presidenta señala que no es malo que haya gatos sueltos en la vía pública -«son muy útiles, por ejemplo, para eliminar a los ratones», apunta-, pero tienen que estar controlados, abunda.

Recuerda que, por ley, son los concellos y no las asociaciones las que tienen la obligación de velar porque no haya animales abandonados y procurarles auxilio a aquellos que lo precisan, pero esto no está ocurriendo, de modo que las protectoras se saturan, muchas veces con gatos procedentes de municipios vecinos. Vilanova está en el punto de mira, como lo está también O Grove, donde la asociación O Jato Meco echa de menos una mayor implicación del gobierno local a la hora de afrontar este problema.

Este colectivo nació a finales del año pasado para suplir la falta de respuesta municipal ante la proliferación de gatos callejeros, explican. Gracias a una asociación alemana pudieron castrar a cuarenta felinos, pero el dinero se acabó y no hay quien recoja el testigo. Hace meses que le propusieron al Concello la firma de un convenio de colaboración, pero la respuesta sigue sin llegar, de modo tienen que ingeniárselas para conseguir fondos que le permitan continuar con su campaña de esterilización, bien sea a través del patrocinio de empresas o con la celebración de un mercadillo solidario. Entre tanto, lo que urge es darle casa a las crías, que son las más vulnerables, algo que se está consiguiendo gracias a colaboradores que, en algún caso, van ya por los treinta gatos acogidos en su casa.

MARTINA MISER

Instalaciones saturadas y 56 colonias registradas

b. c.

La imagen que deja la gatera de Pinar do Rei impresiona. Los gatos, 196, se hacinan en unas instalaciones diseñadas para la cuarta parte de animales y en la protectora confiesan que «ya no podemos más». Lo dice la presidenta, Ángeles Cifuentes que, en los diez años que lleva trabajando con la asociación, nunca se había enfrentado a una situación semejante. Preguntamos si el abandono de gatos puede tener alguna relación con la crisis del coronavirus. «No lo sé, lo que sí sé es que si la gente fuera responsable no nacerían tantos». Se refiere a la necesidad de esterilizar a los animales, algo que en esta protectora y la de Cambados vienen haciendo desde hace años en el marco de la campaña CES (Captación, Esterilización y Suelta de gatos). En Vilagarcía han esterilizado a más de 500 ejemplares, y sigue siendo insuficiente. Las camadas proliferan por la ciudad y las parroquias y ni la gatera ni la red de cuidadores del refugio dan abasto para atender a todos los felinos sin dueño. Por eso es tan importante la adopción, insiste Ángeles, y no solo de las crías. «Tenemos gatos adultos que son muy cariñosos, la gente no los adopta por que prefieren las gatitos, pero los adultos están ya socializados y están acostumbrados a la gente», explica. Los gatos que se dan en adopción están esterilizados, desparasitados, vacunados e identificados, de modo que el adoptante solo tiene que firmar un contrato por el que se compromete a velar por el bienestar del animal y pagar 60 euros en concepto de gastos. La asociación protectora de Vilagarcía solo entrega animales para vivir bajo techo, no para que los dejen sueltos en huertas y fincas, porque consideran que eso no garantiza su seguridad. Ángeles Cifuentes vive con gatos desde hace once años y afirma que, entre la sala y la cocina, los gatos son muy felices. Curiosamente, antes les tenía miedo, pero con el primer minino llegó el efecto mariposa y ahora tiene cinco. «Yo aconsejo tener entre dos y tres en casa», apunta. Para los que no estén por la labor, siempre pueden ayudar colaborando con la red de cuidadores de las colonias callejeras -alrededor de 50 personas-, que se encargan de controlarlas y alimentarlas. Actualmente hay 56 colonias registradas en el municipio, pero hay muchas más, especialmente en el rural. «Yo calculo que habrá unos 1.500 gatos en toda Vilagarcía», sostiene Ángeles Cifuentes.

Eva es de las veteranas, vive en el refugio de Vilagarcía desde hace ocho años

Salvan a una gata que cayó de un cuarto piso en Vilagarcía

Los servicios de emergencias actúan muchas veces como aliados de las protectoras de animales para recoger a los gatos sueltos por la calle, y también para rescates de animales que tienen dueño. El último episodio de este tipo ocurrió el pasado fin de semana en Vilagarcía. Una gata cayó de un cuarto piso y quedó atrapada bajo unas piedras en el parque de A Coca. Tras un aparatoso dispositivo, que requirió equipos de excarcelación, el felino fue liberado en perfecto estado de salud y entregado a su propietario.