El mercadillo de Cambados regresa con buen ambiente, muchos puestos y seguridad

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MONICA IRAGO

El Concello controló el aforo y en las entradas al recinto se repartían gel hidroalcohólico y mascarillas

19 jun 2020 . Actualizado a las 20:51 h.

Xurxo Charlín se mostraba bastante satisfecho al mediodía de ayer por el balance de la primera jornada de vuelta del mercadillo de Cambados. El edil asegura que habían trabajado mucho para que todo discurriera sin ningún incidente, como así fue. La jornada transcurrió con buen ambiente, con muchos puestos y con la importancia añadida de que deja la sensación de seguridad que para clientes y vendedores tuvo el estreno por el protocolo que se estableció.

El recinto estaba acordonado y solamente se podía acceder a él por las entradas que había diseñado el Concello. En cada una de ellas, personal de la empresa de seguridad contratada para la ocasión repartía gel hidroalcohólico a todo aquel que se internaba en el lugar, y una mascarilla a quien no la portara. Lo hacían sin mayores problemas, aunque había quien no lo entendía, para asombro de uno de los porteros, que no daba crédito. «Es increíble. Es por su seguridad y aún tienes que escuchar», contaba el hombre, que llevaba toda la mañana a pleno sol, soportando mucho calor y alguna incomprensión.

Ya dentro del recinto tocaba explorar. La distancia entre los ambulantes se había ampliado y esto provocó que muchos de ellos tuvieran que variar su lugar habitual. El puesto de calcetines no estaba donde siempre y había que encontrarlo. Nada irresoluble, desde luego. Algunos vendedores aseguraban que la afluencia de gente no estaba nada mal y el ambiente se parecía al de cualquier día, salvo por la presencia de mascarillas delante y detrás del puesto.

«Lleva dos calzoncillos para el chaval y uno para el marido», negociaban en uno de ellos.

-¿Pero tú no vendías también braguitas?

-Las tengo en la furgoneta. No la puse en el puesto porque aún nos estamos adaptando-, conversaban unos metros más allá una mujer y uno de sus ambulantes de confianza.

A la entrada de la rúa Nova, el lugar hacia el que se ha ampliado para poder tener el espacio suficiente para mantener la distancia entre puestos, el concejal Xurxo Charlín charlaba con su homólogo grovense, que se había acercado a la villa del albariño para observar el desarrollo del mercadillo ante la inminente apertura del meco. Era esa una de las zonas calientes por la polémica que se vivió en las jornadas previas tras la decisión del gobierno local de llevar allí algunos puestos. «Entendo que pode causar molestias os veciños, pero era a solución que tiñamos», explica el edil, que asegura que no se produjeron quejas. «Algún ambulante díxome que lle gustaba máis esa zona despois de probala», afirma el concejal cambadés.

Ayer se establecieron más de un centenar de puestos. No todos los que solían poner sus bártulos en el mercadillo cambadés antes de que la pandemia del covid-19 le diese un giro, pero sí un porcentaje muy alto, según Xurxo Charlín, que afirma que en el gobierno local ya han empezado a trabajar en el rediseño de la cita del próximo sábado.