El pequeño negocio se empeña en sobrevivir

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

Atención individualizada, citas previas... La desescalada se abre paso a cuentagotas

05 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque siguen siendo muchos los negocios que mantienen las verjas bajadas y las luces apagadas, la actividad comenzó a aletear ayer en algunos establecimientos comerciales y pequeños negocios de Vilagarcía. La posibilidad de abrir, aunque con severas restricciones, permitió ver cambios en los escaparates y tiendas pertrechándose para la «nueva normalidad», esa que se ha anunciado para la próxima semana. Buena parte de los que han optado por aferrarse desde ya al trabajo son negocios con una cierta trayectoria, como si la experiencia fuese un grado en esto de plantar cara a la adversidad.

Tiendas de ropa, de complementos, salones de belleza y peluquerías afrontaban ayer una realidad en la que los clientes entran de uno en uno por la puerta, y tras haberse anunciado. Hay a quien le desespera la lentitud que les ha sido impuesta. La mayoría la acepta con resignación, haciendo votos para que la cosa vaya a mejor, siempre a mejor. Que no venga otro frenazo inesperado e insoportable. En Vilagarcía, Zona Aberta está repartiendo entre sus asociados los elementos básicos para poder afrontar la reapertura. En Cambados, es el Concello, en colaboración con Zona Centro, el que ha asumido parte de la tarea. Ayer pasaron por el consistorio alrededor de medio centenar de comerciantes para recoger geles, mascarillas, guantes. Hoy se esperan otros tantos. «Hai moita xente que non tiña pensado abrir ata o vindeiro luns, pero que finalmente cambiaron os seus plans porque os están chamando clientes que queren mercar», explica Xurxo Charlín. Clientes, matiza, que necesitan hacer compras de urgencia. «Sobre todo, tendas de roupa de neno, porque os nenos non deixaron de medrar, e de bebé», explica el edil de Promoción Económica.

En O Grove las peluquerías y los salones de belleza también echaron a andar, pese a las restricciones. El pequeño comercio se ha mostrado más reacio, aunque son muchos los locales que han puesto sus teléfonos a disposición de los clientes para que, quienes lo necesiten o quienes lo quieran, puedan contactar con ellos para hacer una compra. La alternativa es esperar al lunes, el día prometido.