«Al principio fue una locura; ahora estamos a un 70 % de nuestra actividad»

Como los sanitarios, las fuerzas de seguridad o los transportistas, los farmacéuticos también están al pie del cañón para garantizar los servicios básicos a la población en tiempos de alarma nacional. La de Silva Peña (Cambados) es una de las boticas más veteranas de la comarca y, por supuesto, nunca se había visto en una situación similar.

-¿Podía imaginarse este escenario hace tan solo un mes?

-Hace un mes sí, pero antes de que explotase el problema en Italia no lo podía imaginar. Fuimos un poco relajados, nos confiamos mucho con este tema cuando, en enero, en los aeropuertos de Asia ya estaban midiéndole la temperatura a todo el mundo. Yo, que soy farmacéutico, hasta que lo vi encima me costaba creer que pudiera pasar algo así.

-¿Cómo está reaccionando la clientela, cumple las normas?

-Hay de todo. Hay quien sigue metiendo la cabeza detrás del cristal (pantalla transparente situada ante el mostrador), sobre todo gente mayor que no se acostumbra, y algún joven también, que incluso se enfada cuando le dices algo. Hay días que va todo rodado y otros días que la gente está nerviosa, muchas veces lo pagas tú porque estás de cara al público.

-¿Y los hábitos de consumo?

-Al principio fue una locura, hubo una avalancha de gente pidiendo hidrogeles, guantes y mascarillas y alguno que iba a la farmacia para dar una vuelta. A medida que pasan los días la gente se va dando cuenta de que hay que quedar en casa y viene a lo fundamental, a buscar medicación. Ahora estamos a un 70 % de nuestra actividad normal.

-Hablemos de material. ¿Tienen suministros suficientes?

-Las mascarillas aún no aparecen, para vender no tenemos; guantes, el fin de semana solo nos quedaban de la talla pequeña, aunque el lunes entraron más; hidrogeles sí tengo porque hice una compra grande; termómetros tenemos, pero me consta que hay desabastecimiento; alcohol tampoco nos están mandando, pero yo, para mantener servida a la gente, lo que hice fue, mediante una fórmula magistral, pasar alcohol de 90 a alcohol de 70, que es el más eficaz contra las membranas del coronavirus. Así, con una botella de litro, haces litro y medio de producto.

-¿Y los precios, se están ajustando, porque hubo especulación con este tema no?

-Sí, pero en ningún caso por culpa de las cooperativas farmacéuticas ni por nosotros. Ya se sabe, a mar revuelto ganancia de pescadores.

-¿Considera que está bien informada la población sobre el uso del material de protección?

-Veo más consejos por las redes que por la televisión, que es el medio que llega a más gente. Se habla de cifras, de la curva..., se da mucha estadística, pero lo que hay que hacer es educar a la población para que haga bien las cosas. Es importante insistir en cómo se ponen los guantes, cómo se pone la mascarilla, cuánto dura, porque hay que gente que va con la misma desde que empezó la crisis. Aunque hay que decir que lo más seguro es el agua y el jabón y la lejía normal a razón de 20 mililitros por litro.

-¿Y el personal de las farmacias, tiene protección? Desde el sector siguen demandando EPIs.

-Nosotros sí, pero la Administración no nos dio nada, todo nos llegó por la iniciativa privada.

-Otra demanda es que se les considere personal sanitario...

-Nos han dejado fuera del sistema sanitario y no somos prioritarios a la hora de hacer el test, cuando el mayor problema es el contagio entre nosotros. Como siempre, tuvimos que ir por delante: colocamos mamparas, estamos trabajando dos turnos que no se cruzan para que si se infecta uno no afecte a los demás y extremamos la limpieza al máximo.

-Colguemos por un momento la bata. A usted, que es un gran viajero, ¿le frustró alguna aventura el coronavirus?

-No, porque precisamente en enero fue al Kilimanjaro. Estoy preocupado por África, si nosotros estamos así, imagínate como estarán si los pilla a ellos.

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