Las cofradías de Cambados, Vilanova y A Illa recurren a ERTES para intentar evitar el colapso

Rosa Estévez
R. Estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

CAMBADOS

MONICA IRAGO

El pósito isleño fue el primero en adoptar una medida dolorosa que obliga a recortar servicios a los socios

05 abr 2020 . Actualizado a las 21:00 h.

Este viernes entró en vigor el expediente temporal de regulación de empleo en la cofradía de A Illa. De la veintena de trabajadores que forman la plantilla, entre personal de la lonja, de oficinas y del servicio de vigilancia, «quedan tres vixiantes e alguén na oficina para darlle curso ao que sexa imprescindible», indicaba el patrón mayor, Juan Rial Millán. Consideraba este que entidades como la que él preside, que viven de forma casi exclusiva de la comercialización de bivalvos, están condenadas a adoptar medidas en las que, hace tan solo unas semanas, ni se les habría ocurrido pensar. Rial Millán considera que las cofradías se encuentran en un callejón «sen saída». Y vaticina que están por venir tiempos muy difíciles.

La primera parte de su oráculo, al menos, se ha cumplido. A partir de este lunes entre en vigor otro ERTE, esta vez en la cofradía de Cambados. En la lonja de Tragove los bivalvos tienen un peso especial, pero hay también subastas de pescado. Pero estas también están decayendo. En ese contexto, se han tenido que adoptar medidas «complicadas que non nos gusta nada tomar, pero que son imprescindibles para intentar garantizar a continuidade da confraría», en palabras del patrón mayor, Ruperto Costa. Hasta los trabajadores entienden la necesidad de asumir un expediente temporal que va a enviar a casa a cinco de los 24 trabajadores del pósito. El resto, verán reducida su jornada a la mitad. Eso se traducirá en recortes en los servicios a los socios. Así, la lonja abrirá el lunes de 9 a 10, y de 13 a 19.30 horas, y de martes a viernes de 7 a 10 y de 13 a 19.30. Las oficinas de la cofradía funcionarán de lunes a viernes, entre las 9.30 y las 13.30 horas, y la fábrica de hielo de lunes a viernes de 10 a 13.30 y de 16 a 19 horas, mientras que los sábados el horario será de 10.30 a 13 horas.

«Hai 6.000 mariscadores esperando que alguén se mova» En Vilanova, señala la patrona mayor, María José Vales, también se está tramitando un ERTE que afectará a algo más de la mitad de los trabajadores, aunque de diversas formas. Ello obligará a reducir los horarios de atención a los socios. Vales también lamenta haber tenido que llegar a este extremo, pero al igual que sus compañeros asegura que la situación se ha vuelto insostenible para la cofradía. Y para el sector marisquero, que es el que alimenta al pósito vilanovés. En ese sentido, Vales lamenta que la Administración siga sin dar una solución a un sector que vive de la comercialización de productos que no son de primera necesidad, y que no tienen hueco en el mercado dado el cierre de la hostelería. Sin mercado, señala Vales, «non ten sentido que vaiamos a por marisco pola mañá para devolvelo ao mar pola tarde». «Hai máis de seis mil mariscadores de Galicia esperando que alguén se mova e nos dea unha solución», concluye la patrona mayor.