Hemeroteca: Un noiés sobrevivía al hundimiento de una plataforma, que provocó 124 fallecidos

María Xosé Blanco Giráldez
M. X. Blanco RIBEIRA

CAMBADOS

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Logró subirse a un bote salvavidas y fue rescatado después por un helicóptero

27 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Eran muchos los barbanzanos que hace cuatro décadas estaban trabajando en las plataformas petrolíferas del Mar del Norte. En los 80 pozos de perforación que estaban activos en 1980 había casi 20.000 trabajadores y una parte de ellos eran gallegos. Una de las estructuras auxiliares de uno de esos pozos, un hotel flotante perteneciente a la plataforma Alexander Kiellan, se hundía tal día como hoy, después de que, por causas desconocidas, se rompiera uno de sus pilares. Un noiés logró salvar la vida en aquel trágico accidente, en el que se contabilizaron 124 fallecidos.

Solo dos gallegos estaban en el momento del suceso en el singular hotel: el noiés Francisco Martínez Santos y un vecino de Cambados. Ambos consiguieron salvar la vida al colarse en una de las lanchas salvavidas de la plataforma junto con otras 25 personas más. Todos ellos fueron rescatados por un helicóptero. Corrieron la misma suerte otros 90 trabajadores.

Los testigos relataban que todo había ocurrido en cuestión de pocos minutos, pues al romperse la columna, la estructura cedió y se hundió con rapidez. En aquel momento, medio centenar de personas se encontraban en la sala de cine. Aquel fue el peor accidente registrado durante los 15 años de historia que tenía por entonces la explotación de petróleo en el Mar del Norte.

Testimonio

Desde su casa de Sueiro, en la parroquia noiesa de Argalo, Francisco Martínez relataba días después a La Voz de Galicia lo ocurrido. Explicaba que estaba dormido cuando se produjo el accidente: «No momento de sentir o golpe tan grande espertei e saín correndo canto puiden. A plataforma dobrouse inmediatamente e en tres minutos a metade dela estaba xa fundida. Había golpes por todas partes, xente que non tiña a qué agarrarse». En medio de aquella histeria, logró subirse a un bote: «Grazas que un noruego rompeu o cable cun machado; pero outros foron directamente ao fondo ao non conseguiu soltar os botes. Cada un admitía 50 persoas, pero no noso só nos salvamos 25».