Cambados sigue llorando a las víctimas del pesquero Sin Querer Dos

Bea Costa
Bea Costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

Los vecinos acudieron masivamente al funeral, que dejó pequeño el salón Peña

21 dic 2019 . Actualizado a las 21:20 h.

La lluvia y el viento que trajo Fabien ya descargara con fuerza a las seis de la tarde en Cambados, cuando comenzó el funeral por las víctimas del Sin Querer Dos. Parecía que las nubes lloraran también, con rabia, por Manuel Serén, Teófilo Rodríguez, Bernardino Padín y Guillermo Casáis, los cuatro cambadeses que hace ahora un año perdieron la vida en aguas próximas a Fisterra en un naufragio. Uno de ellos, Guillermo, todavía no ha aparecido lo que hace el duelo todavía más duro, si cabe.

Se esperaba una masiva afluencia de gente y así fue. Las setecientas sillas dispuestas para la ocasión en el salón Peña estaban llenas veinte minutos antes de iniciarse la liturgia de modo que muchas personas tuvieron que asistir al funeral de pie, incluso en el exterior de la nave, a pesar del temporal. Allí estaban familiares, amigos, vecinos del pueblo y una amplia representación institucional. Acudieron la alcaldesa y todos los portavoces de los grupos de la corporación y la conselleira do Mar, Rosa Quintana, que asistió desde un discreto plano. Patrones mayores de la ría tampoco quisieron faltar en este aniversario de la muerte de los cuatro marineros, cuyos retratos, obra del cambadés Tino Chaves, fueron colocados al pie del altar que se improvisó en el salón de congresos.

El funeral se prolongó durante una hora y estuvo oficiado por el obispo auxiliar de Santiago, Jesús Fernández, junto a media docena de sacerdotes. Entre ellos, el párroco de Cambados, José Aldao, quien abrió las honras fúnebres con un mensaje de esperanza y las cerró con una mención a la solidaridad que ha demostrado el pueblo cambadés ante esta tragedia. «No se han ido del todo. Debemos continuar», indicó.