¿Qué futuro le espera al salón Peña?

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MONICA IRAGO

La negativa de Portos a renovar la concesión administrativa abre el debate en Cambados

08 dic 2019 . Actualizado a las 19:31 h.

El salón de congresos y exposiciones José Peña -nombre oficial con el que abrió sus puertas en marzo del 2011- lleva días en el centro de la polémica. El motivo es la negativa de Portos de Galicia a renovar la concesión administrativa que le permite al Concello de Cambados hacer uso de estas instalaciones. A priori, nada hacía suponer que lo que parecía un mero trámite, la renovación de la concesión, acabaría haciendo correr ríos de tinta, pero todo apunta a que el asunto todavía dará mucho que hablar.

Portos sostiene que los usos que se le están dando a la nave de Peña no encajan en la normativa vigente que regula este tipo de concesiones. Argumenta que allí solo se pueden realizar actividades relacionadas con el sector pesquero y náutico, mientras que desde el gobierno cambadés enarbolan la resolución del 30 de julio de 2014 por la que se aprueba la Delimitación de Espazos Portuarios (DEUP) de San Tomé-Tragove, y el epígrafe de «usos complementarios», para justificar la celebración de actividades de ocio en este espacio.

A corto plazo, el gobierno de Cambados puede respirar tranquilo. La Xunta acaba de ampliar a mes y medio el plazo para la reversión de la concesión, lo cual garantiza que se podrán celebrar allí los actos de la Navidad: la ludoteca, la fiesta infantil del 31 de diciembre y los festivales escolares. Y esta decisión también ampara el resto de las actividades que allí se desarrollan, caso de las clases de batucada o el taller de la memoria.

Pero el balón de oxígeno lanzado por la Xunta tiene fecha de caducidad. ¿Qué pasará en enero, al término de ese plazo de gracia? La concesión caducará y Portos ofrece al Concello una alternativa: solicitar permisos puntuales para cada actividad a la espera de una actualización de la DEUP «para aproximarla a los usos actuales».

Portos acusa al ejecutivo cambadés de falta de concreción en sus propuestas y de falta de garantías, mientras que desde Cambados se quejan de que el ente autonómico sigue sin completar el trámite administrativo, lo cual les deja sin margen de maniobra. «Como imos pedir permiso para unha actividade se aínda non contestaron ao noso último escrito e non sabemos se renovan a concesión ou non?», se pregunta el concejal de Urbanismo, Xurxo Charlín. En su opinión, la solución queda reducida a una cuestión de voluntad política. ¿Por qué si no el criterio que vale en diciembre para prorrogar la concesión no sirve en el mes de abril?, plantea el edil.

La propia presidenta de Portos de Galicia, Susana Lenguas, terció ayer en esta polémica para decir que, «aunque algunos se empeñen en hacer creer lo contrario», Portos sí tiene voluntad de que el salón Peña siga funcionando, «eso sí, siempre de la mano de la legalidad y alejada de actuaciones arbitrarias y unilaterales que algunos pretenden que ejerzamos».

Portos, añade Lenguas, ha hecho todo lo que estaba en su mano para reconducir la situación y si se ha llegado al punto de denegar la prórroga de la concesión es por «la falta de respuesta del gobierno local».

Más allá del caso puntual de Peña, este embrollo vuelve a situar en primera línea un viejo debate, de mucho mayor calado, relativo al uso de los espacios portuarios enclavados en las zonas urbanas.

Cambados es uno de los muchos ayuntamientos gallegos que vienen reclamando la desafectación de estos terrenos para que pasen a titularidad municipal. Con ello se evitarían controversias y costes, pues los concellos deben pagar a Portos por la utilización de estos espacios. Lo hace el de Cambados, por ejemplo, en relación al paseo marítimo para celebrar el mercado y en el paseo de A Calzada, para poder organizar la Festa do Albariño.

La cuestión que está sobre la mesa es: hasta qué punto debe la Xunta condicionar el uso de unas instalaciones (salón Peña) que ocupan suelo público y que fueron acondicionadas con fondos del Ministerio de Fomento y del Concello (700.000 euros) y que, hoy por hoy, ofrecen la única opción en Cambados para albergar actos que precisan un gran aforo. Allí, por ejemplo, se celebran el salón del vino, desfiles, conciertos y hasta el mercado de las flores de Difuntos.

Los ayuntamientos reclaman autonomía a la hora de operar en estos espacios, pero ni siquiera las negociaciones entre Xunta y Fegamp han servido, hasta la fecha, para desbloquear esta situación.

Vecinos de O Borrón se quejan del ruido y otras molestias y recogen firmas

La negativa de Portos de Galicia a la hora de renovar la concesión del salón Peña está propiciada por la denuncia de varios particulares. Son vecinos del barrio, de O Borrón, que llevan años protestando por los ruidos y otras molestias que les ocasionan los eventos que se celebran en estas instalaciones. Bien sea el ruido de los tambores de las clases de batucada -el local no está insonorizado-, bien sean los actos de gamberrismo y el trasiego de gente y coches que se derivan de los conciertos y demás citas multitudinarias que allí se desarrollan.

Ante la falta de una respuesta satisfactoria por parte del Concello de Cambados, decidieron buscar amparo ante Portos de Galicia, que ha atendido su reclamación y está dispuesta a ejercitar la caducidad de la concesión. Los denunciantes -que prefieren mantenerse en el anonimato- han recogido firmas y no descartan adoptar otras medidas si la administración no pone freno a lo que, en su opinión, es un uso irregular del salón Peña.