El cambadés Roberto Núñez obtiene en Londres el prestigioso premio «Platinum Pentawards» por el «packaging» de un vino de Davide
27 sep 2019 . Actualizado a las 20:14 h.Si en vez de diseñar el embalaje de una botella de vino, Roberto Núñez hiciese películas, su nombre coparía portadas. El publicista cambadés acaba de ganar en Londres un Platinum Pentawards, un premio de packaging que podría equipararse a los Óscar en el mundo del cine. Lo consiguió con un diseño para el vino Perfeccionista, de Bodega Davide, situada en Baión (Vilanova). «No se puede aspirar a más», dice el galardonado.
Roberto Núñez marca de este modo un hito, al conseguir en un año un Pentawards, el premio inglés D&AD, los también longevos Communication Arts americanos y los reconocimientos recibidos en los Graphis de Nueva York y en los premios nacionales Laus. Hasta la fecha nadie había logrado este palmarés en tan corto plazo de tiempo, según informa el propio publicista, lo cual lo sitúa como un referente nacional en el ámbito de la comunicación y el diseño.
Núñez está viviendo las mieles del triunfo con emoción y agradecimiento. No quiere pasar por alto que los premios son fruto del trabajo en equipo, y en este caso el éxito llega de la mano de David Acha y del enólogo Pablo Estévez, de la bodega Davide, que han confiado en él para llevar a cabo este proyecto. No es lo habitual, explica. «En el sector el vino hay muchas oportunidades, pero pocas bodegas que se atrevan a hacer cosas diferentes. Uno de los problemas es que las marcas lo quieren todo para ya, lo difícil es pensar a largo plazo», comenta.
Vender es importante, por supuesto, pero un buen packaging proporciona, además, una oportunidad de ganar prestigio y posicionarse en el mercado con una imagen propia. Con Perfeccionista, paradójicamente, se planteó un diseño que pone en valor la idea de imperfección, y la propuesta le ganó la batalla a marcas tan importantes como Hennessy, Zara o Loewe.
Roberto Núñez lleva veinte años trabajando en el mundo de la comunicación, primero para terceros, grandes multinacionales incluidas, y ahora con su propio estudio en Barcelona. Como publicista ha tocado múltiples palos, desde la moda a la automoción, pero ahora está centrado en la alimentación, con una querencia especial hacia el mundo del vino.
Quizá tengan que ver en ello sus orígenes cambadeses. Vivió rodeado de viñas, de pequeño iba a vendimiar y vivencias de este tipo establecen unos vínculos emocionales muy fuertes. La estrategia, la creatividad y el diseño ponen el resto. «Me dedico a ‘construir marcas’ que tengan capacidad de conectar, dialogar y emocionar al consumidor», señala. Desde luego, con este rías baixas de edición limitada (697 unidades) made in Vilanova ha logrado conquistar al jurado más exigente y situarse en el Olimpo del diseño.
Núñez y Acha son un ejemplo de que en Galicia hay buenas ideas y talento, aunque en casa no siempre se sabe apreciar. «Desgraciadamente no hay mucha cultura del diseño, no se le da el mismo valor a estos premios que a los del mundo del cine, la moda o la arquitectura, y la gente no se da cuenta de que el diseño forma parte de productos con los que convive a diario».
La calidad y solvencia del artículo que se pone en el escaparate es importante —«no puedes hacer un discurso elevado si el producto no responde», matiza—, pero que nadie piense que la botella, la caja y la etiqueta de un vino juegan en segunda división. En Davide lo tienen claro.