Cambados Pode entra en la guerra del Albariño: «A nosa parte quedou organizada»

r. estévez / e. pérez CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

La alcaldesa evita la refriega sobre las declaraciones de Cordal

20 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Durante la presentación de la Festa do Albariño, el teniente de alcalde de Cambados, Tino Cordal (Somos) prendió la mecha. Al afirmar que ni el BNG ni Somos se habían implicado en la organización del certamen, desató el enfado de los nacionalistas, que reaccionaron ese mismo día, y también de su ex socio de gobierno, José Ramón Abal. Este se ha tomado su tiempo para responder a Cordal. Lo hizo ayer, a través de un comunicado que arrancaba reivindicando todo el trabajo hecho durante su etapa al frente de la concejalía de Enoturismo: la villa fue Cidade Europea do Viño, mejor municipio enoturístico de España, la fiesta ha conseguido su reconocimiento internacional y se ha redactado el plan estratégico de enoturismo. Pero, volviendo al Albariño, asegura José Ramón Abal que, en lo que a sus concejalías dependía, la fiesta quedó totalmente «organizada, planificada e consensuada cos técnicos e funcionarios municipais que dispoñen dunha copia do mesmo». En ese documento, señala, se recoge información, incluso gráfica, sobre el refuerzo de los servicios de limpieza, aparcamientos, aseos, plan de tráfico... «Temos que lamentar a imaxe proxectada na presentación da Festa», se lamentaba el edil.

Sobre esta cuestión fue interpelada ayer la alcaldesa de Cambados, Fátima Abal (PSOE), quien aseguró que «eu non son a nai de Cordal» y que, por lo tanto, no es quien para establecer lo que debe decir o no. En todo caso, aunque reconoció que la presentación de la fiesta tal vez no fuese el lugar más adecuado para hacer una crítica a sus ex socios de gobierno, en el fondo parece que Abal no está en desacuerdo con su teniente de alcalde. Y así lo esbozó al acusar de incoherencia al BNG por votar en contra de los salarios del gobierno tras haber cobrado el suyo durante los últimos cuatro años, durante su pertenencia al ejecutivo cambadés.