Alba Romero es una de las privilegiadas que el próximo curso estudiará en Estados Unidos. Esta meañesa matriculada en el IES Francisco Asorey de Cambados se lo ha ganado a pulso. Ha tenido que acreditar un excelente expediente y demostrar sus capacidades académicas en dos fases de selección. No las tenía todas consigo, dice, pero lo consiguió y ahora está expectante por saber en qué ciudad de Estados Unidos pasará el próximo año. Le gustaría que fuera en California -el sueño americano que bebe de las series y el cine y alimenta a miles de adolescentes-, pero cualquier destino será bienvenido. Alba sabe valorar la oportunidad que le ha brindado el destino y está dispuesta a aprovecharla. Desde luego, estudiar en Estados Unidos le vendrá de perlas para practicar el inglés, máxime cuando sus planes pasan por hacer una carrera relacionada con idiomas, quizás Traducción e Interpretación, comenta. Y, sobre todo, será una experiencia que le ayudará a crecer desde el punto de vista personal. Serán diez meses a miles de kilómetros de su casa, con una nueva familia y sin poder contactar con los suyos más que por Internet y por teléfono. A sus padres les da vértigo, pero dan por bien empleado el sacrificio que supondrá ver despegar a su niña con dieciséis años recién cumplidos. Alba está entusiasmada. «Estaba en clase de tutoría con mi mejor amiga y cuando vi en el ordenador que estaba seleccionada me puse a gritar». No es para menos.