Su uso por un astillero devuelve las naves de Castrelo al punto de mira

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

La mujer que luchó contra Cebifruit está dispuesta ahora a denunciar al Concello

08 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Lourdes Abal lleva veinticinco años luchando contra la actividad que se desarrolla en unas naves industriales situadas al pie de su casa, en el lugar de A Barca, en Castrelo (Cambados). Consiguió llevar a la empresa Cebifruit a los titulares de prensa hasta que logró que la firma de abonos químicos abandonase esta lugar. Después tuvo que luchar contra Nutrimentos Gallegos, que pasó a ocupar las naves para almacenar productos a granel como madera y sal y todavía tendría que librar una nueva batalla hasta conseguir que talaran la barrera vegetal que levantaron delante de sus ventanas. En el camino, se le contaminó el pozo de la casa y su familia padeció problemas de salud.

Tras un sinfín de denuncias ante el Concello, el juzgado y el Valedor do Pobo, una parte de las naves fue derribada y se paralizó la actividad. Hasta hace un año. Ahora, esta mujer está dispuesta a emprender una nueva cruzada contra el Concello de Cambados por permitir que un astillero haga uso de estas edificaciones. El informe del aparejador municipal indica que «no existe actividad industrial alguna, ni almacenamiento de productos contaminantes, ni susceptibles de emitir gases tóxicos o que puedan contaminar el suelo, y solamente se observa depósito de materiales inertes tanto en el interior como en el exterior del recinto».

En cualquier caso, prosigue el informe fechado el 16 de enero, «sí debería disponer de la correspondiente autorización municipal, previa presentación del expediente de actividad correspondiente».

Lourdes Abal no se da por satisfecha, ni mucho menos. Sostiene que en las naves 4, 5 y 6 hay, además de barcos almacenados, actividad y teme que esta pueda ir a más, con los perjuicios que ello le ocasionaría: un riesgo para su seguridad y de su familia, teniendo en cuenta la naturaleza inflamable de los materiales; la contaminación que se pueda derivar de la utilización de los productos que se emplean en un astillero así como un problema de salubridad, pues la vecina afirma que hay enormes ratas en el entorno. En un escrito presentado en el Ayuntamiento de Cambados en septiembre del 2018, pedía la retirada del material almacenado en las naves «lo más pronto posible, y que no se le conceda ningún tipo de licencia para desarrollar actividades».

Policía local y Seprona

Lleva un año con esta reivindicación. De hecho, sus denuncias propiciaron que la policía local se personase en varias ocasiones en las naves para realizar los informe correspondientes y hace dos semanas lo hicieron los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. Está convencida de que fueron sus protestas las que provocaron, las pasadas Navidades, la retirada del recinto de productos supuestamente contaminantes, pero Lourdes Abal no ve los resultados apetecidos y la semana pasada volvió al Concello para reiterar su demanda: que se prohíba cualquier actividad en el interior de las naves.

Para ella fue toda una sorpresa comprobar que la alcaldesa no sabía nada de su problema, según afirma, y está muy molesta con la actitud del concejal de Urbanismo, José Ramón Abal. Así las cosas, anuncia que está dispuesta a denunciar al Concello. El edil guarda silencio al respecto.