La propietaria de Mi Trocito del Pastel, en Cambados, fue de las primeras en anunciar a sus clientes que, este año, no contarán con descuentos en el Black Friday. Vio la campaña a través de las redes sociales y no lo dudó. La experiencia le dice que los beneficios de esta iniciativa son pocos. «El año pasado, diciembre fue el peor mes del año en ventas. Porque la gente compró en el Black Friday y luego esperó a las rebajas», asegura.
Carmen reconoce que durante los días de los descuentos se vende y bien. «Esos tres días ganas dinero, pero el resto del mes no vendes nada», argumenta. Es más, asegura que hay gente que entra en su tienda y no compra, pensando ya en los descuentos del viernes negro. Por eso este año lo tiene claro y ya ha anunciado a sus clientes que no habrá rebajas antes de tiempo. No solo no participará en el Black Friday, sino que esperará hasta el 7 de enero para rebajar sus productos. «Queremos que se vuelva a implantar un período de rebajas que sea lógico en el tiempo», reivindica. Porque el pequeño comercio no puede salir adelante si sigue vendiendo su mercancía con descuentos. Su propuesta ha calado entre otros negocios de la localidad, que esta misma semana utilizaron sus redes sociales para informar de que tampoco harán descuentos.