«Puedes meditar sentado, de pie o lavándote los dientes»

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

Aprender a respirar puede cambiarte la vida, sostiene. De cómo hacerlo, hablará el sábado en Cambados

25 mar 2020 . Actualizado a las 13:45 h.

El mindfulness todavía no se ha colado en nuestro vocabulario. La Wikipedia lo define como una práctica basada en el concepto de conciencia plena de la meditación budista. Jose Chaves dice más. «Es una filosofía de vida que te instala en el aquí y el ahora. Es una terapia para ayudar a la gente a vivir el presente, porque la mente que mira al pasado solo encuentra tristeza, y en el futuro, preocupación». Sabe de lo que habla. Lleva tres años y medio inmerso en este mundo. Este sábado imparte un curso de iniciación a la meditación en su pueblo, en el salón Peña, de 11 a 13 horas. Los interesados no tienen más que llamar al 648487993 o contactar a través de holacarlotizon.es y, a partir de ahí, concentrarse en respirar y relajarse «para cando a cabeciña non para», reza la publicidad.

-¿Cómo se inició en este mundo?

-En mi caso fue por una crisis de valores personal que me llevó a buscar algo más. Empecé a leer a Matthieu Ricard, del que dicen es el hombre más feliz del mundo y mano derecha del Dalai Lama, seguí leyendo y acabé haciendo un curso en Pontevedra durante un año.

-El «mindfulness» busca el equilibrio, ¿lo ha conseguido?

-Creo que sí, todavía estoy aprendiendo. Para mí supuso lo que la Revolución Francesa para la historia occidental, me ayudó a ver todo con ojos nuevos.

-¿Es una disciplina pensada solo para personas infelices?

-Es para todos. Las personas felices podrán ser más felices porque le permite conseguir un cuerpo más saludable, física y mentalmente. Por supuesto, lo van a notar más las personas que sufren depresión o una tristeza crónica, pero a nadie le sobra.

-¿Cuál es el perfil de las personas que recurren a sus talleres?

-Mayoritariamente mujeres, porque están más conectadas a las cuestiones espirituales que los hombres y porque, en general, soportan una mayor carga de trabajo y de estrés. El mindfulness es un regalo para ti mismo.

-Más allá de la crisis que desencadenó todo, ¿había pensado antes en clave espiritual?

-Siempre tuve la sensación de que me faltaba algo. Cuando llegas a adulto pierdes la ilusión de la niñez, de hecho, el budismo dice eso, que hay que ver la vida con los ojos de un niño, ver lo viejo con ojos nuevos. Un día que iba paseando por el paseo marítimo y me quedé flipando porque me di cuenta que esto es como Nueva York. Me pasé diez años paseando por allí y nunca escuchara las gaviotas ni viera la puesta de sol. Vamos con el piloto automático, siempre apurados y no vemos nada, ni aunque nos pongan un gorila disfrazado delante de nosotros. Sí, hay un experimento sobre eso.

-Hablemos de la técnica. Conviene advertir de que esto no va de posturas imposibles ¿no es así?

-Sí, no hay nada de eso. De lo que se trata es de aprender a controlar la respiración. La mente no se puede parar, pero sí aquietarla para que los pensamientos no te atrapen. Con ello se consigue un mejor ritmo cardíaco, un mejor sueño, más empatía, ser más positivo, compasivo y sensible con todo. Es un método muy bueno contra el estrés y la ansiedad, que es la pandemia de occidente, que se consigue que desciendan los niveles de cortisona.

-Me habla de química...

-Todo está estudiado científicamente. Muchos problemas están provocados porque respiramos fatal, respirar bien tiene un poder del que no somos conscientes.

-¿Observa prejuicios?

-Sí. El yoga y el Pilates se conocen más, están centrados en mente, cuerpo y alma. El mindfulness y el budismo están más centrados en la meditación, que se puede practicar sentado, de pie e incluso lavando los dientes o viendo el fútbol, pero sin el móvil. Hay quien infravalora el poder de estar sentado con los ojos cerrados, pero ese puede ser el mejor viaje, el que haces hacia adentro. Estamos sobre estimulados y hay que pararse, reconocernos y perder el miedo a nuestros propios pensamientos, a aceptar como somos y no como te gustaría ser.

-Además del curso del sábado, ¿qué otros frentes tiene abiertos?

-Estoy en Facebook y poniendo en marcha una web para ofrecer talleres, no solo de mindfulness, también de yoga para niños y lifecoaching. Tengo un grupo de meditación, pequeño pero de fieles, y me gustaría formar un club de meditación en la comarca. Pero, poco a poco.

-Y Tizón, de alias, respira.

«Me pasé diez años paseando y nunca escuchara las gaviotas ni viera

la puesta de sol»