Este cementerio tiene mucha historia

Rosa Estévez
R. Estévez CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

La ruta literaria organizada por la Diputación en Santa Mariña Dozo fue todo un éxito

29 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En Santa María Dozo (Cambados) las tumbas buscan la protección de las ruinas de una vieja iglesia; de los arcos de piedra que sostienen la memoria de la construcción que un día se levantó a los pies del monte de A Pastora. En es rincón, en el que la hermosura y el misterio se dan la mano, decidieron Ramón María del Valle Inclán y Josefina Blanco enterrar a su hijo, muerto de una gastroenteritis cuando no era más que un bebé. Allí quiso ella, una actriz con una historia de éxito y renuncias a sus espaldas, ser enterrada cuando llegase el momento. Y allí resucitó ayer, encarnada en una guía que, ataviada a la moda de cien años atrás, desgranó ante un nutrido grupo de personas su historia, la de su famoso esposo, la de la época que les tocó vivir y, sobre todo, la del lugar mágico que había elegido para su descanso eterno.

Este cementerio cambadés es muy particular. Para quienes lo conocen, esa afirmación adquiere rango de obviedad: ha sido declarado monumento histórico artístico y forma parte de la red de cementerios singulares. Pero, al fin y al cabo, es un camposanto. Y por eso ayer, a las puertas de la celebración del día de recuerdo de los difuntos, en Santa Mariña había un trasiego especial de gente que atildaba los lugares de descanso de sus seres queridos. La mayoría no se inmutaba ante el paso de la comitiva encabezada por una mujer vestida de época. Y es que este rincón de Cambados es, también, un punto de referencia habitual para los turistas que eligen O Salnés. Para muestra, la nutrida excursión de franceses que a mediodía se adentraron en las ruinas, con los paraguas tan abiertos como los ojos, para disfrutar de tan fabuloso entorno bajo la lluvia helada e intermitente. Por que el brusco cambio de tiempo anunciado por los meteorólogos se cumplió a rajatabla. Chubascos y un frío intenso sirvieron de telón de fondo para esta ruta literaria y para las otras que, también planificadas por la Diputación, se desarrollaban a la misma hora en otros dos cementerios de la provincia.

«La semana pasada íbamos de sandalias, y esta, congelados», bromeaba una de las asistentes a la ruta cambadesa. El domingo anterior ya había asistido a otra de las programadas. Sus escenarios, el cementerio de San Mauro, en Pontevedra, y el de Pereiró, en Vigo. Como en Cambados, las guías literarias volvían a ser mujeres destacadas del mundo de las letras, y resucitadas por un proyecto que pretende unir literatura y patrimonio, feminismo e historia.

En el caso de San Mauro, fue María Victoria Moreno, la escritora a la que se dedicó este año el Día das Letras, la que se reencarnó en la guía de una expedición que permitió conocer los secretos de un cementerio planificado por el arquitecto Alejandro Rodríguez Sesmero, haciendo un recorrido con parada ante las tumbas de figuras como Alexandre Bóveda, Indalecio Armesto o Daría González.

En Vigo, la Diputación eligió para este proyecto de promoción cultural el cementerio de Pereiró, el más extenso de la ciudad. Siguiendo los pasos de Concepción Arenal, los participantes conocieron el origen de este lugar, su capilla neogótica, el cementerio civil y muchas otras historias más.