Cambados acogió una jornada multisectorial para poner en valor el trabajo de bateeiros y mariscadores
25 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Reivindicar la importancia de la acuicultura de concha en la economía gallega. Ese es el objetivo de la jornada que ayer se celebró en Cambados. Responsables de compras de pescadería de destacadas cadenas de alimentación, expertos en patologías de moluscos, en genética o incluso en matemáticas, se dieron ayer cita en esta villa arousana para conocer de primera mano la importancia que la producción de especies como la almeja, el berberecho o el mejillón tienen en la economía de la Galicia costera. Es el grupo de investigación Inmunogenom, coordinador de la red gallega de investigación y transferencia en acuicultura, el impulsor de este evento, que incluyó conferencias, una visita al banco marisquero de O Sarrido y una salida por la ría para ver el funcionamiento de una batea de preengorde, de otra de ostra y de una tercera de almeja. Para ello, contó con la colaboración de la cofradía de Cambados y del Consello Regulador do Mexillón de Galicia.
A modo de introducción, el biólogo del pósito cambadés, Carlos Mariño, y la responsable de I+D del Consello do Mexillón, Ángeles Longa, tomaron la palabra para trazar la situación de los sectores a los que representan. Mariño, por ejemplo, hizo un rápido recorrido por los cambios que ha experimentado el mundo del marisqueo en los últimos veinte años, desde que en 1999 se formaron las agrupaciones profesionales que iban a articular a un sector hasta entonces desorganizado, y a profesionalizar el trabajo. A estas alturas, quienes extraen almeja y berberecho de los bancos naturales los han sembrado antes, han realizado trabajos de preparación del sustrato y han invertido en la adquisición de semilla. Mariño elogió la «implicación cada vez maior» de los profesionales del mar cambadés con todas estas tareas.
Por su parte, Ángeles Longa explicó las características del sistema de cultivo de mejillón en las rías gallegas. Un modelo que va más allá de lo ecológico, dijo, para merecer el calificativo de «natural», ya que al mejillón «ni se le alimenta, ni se le aportan medicamentos, ni nada». Longa explicó que ese sistema de cultivo, igual que el marisqueo de bivalvos, forman parte del patrimonio cultural gallego y dan forma a la realidad de la costa. En el caso del mejillón, señaló que es un sector que da empleo a 4.416 personas directamente, y hasta a 20.000 de forma indirecta. Casi nada.