El Cristo de Paco Leiro regresa al cementerio de Santa Mariña

Serxio González Souto
serxio gonzález CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

Mónica Irago

El arzobispado aún no ha respondido al Concello acerca de la virtual rehabilitación de la talla original

11 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace tres años, la instalación del Cristo de Paco Leiro en el cementerio de Santa Mariña y sus magníficas ruinas simboliza, a su particular manera, la llegada del verano a Cambados. Ayer, la imponente pieza recuperó el lugar que desde el 2015 ocupa durante un par de meses, presidiendo el singular conjunto arquitectónico. Lo hará hasta el regreso del otoño y, con él, de las lluvias, ante la amenaza de que su exposición al aire libre acabe deteriorando la talla, de madera policromada, y siga la suerte de la pieza original, retirada en su momento ante su mal estado.

«É unha escultura de grandes proporcións, de tres metros e Paco Leiro mesmo pensa que pode ser grande para Santa Mariña, pero o certo é que non deixa de complementar un espazo arquitectónica e artisticamente moi interesante», razona el concejal de Cultura de Cambados. Víctor Caamaño asegura estar encantado con la cesión temporal de la obra, que el escultor pone en manos del Concello cada año. «É moi de agradecer o compromiso que Leiro manifesta cara Cambados e agardamos que este sexa un proxecto co que podamos contar todos os anos», indica el portavoz nacionalista.

Diseñada en un principio para ser incorporada a una exposición que el creador cambadés preparaba en México, fueron sus grandes dimensiones las que, precisamente, disuadieron a Leiro de incluirla en la muestra. «De feito elaborou outro cristo e este ficou no seu obradoiro», explica Caamaño, quien de nuevo quiso agradecer la buena disposición que el artista pone sobre la mesa para que la figura siga presidiendo Santa Mariña como lo hace desde el verano del 2015. «Calculamos que en outubro -añadió el concejal- sexa retirado. Deixará un enorme baleiro, pero é preciso para o seu mantemento».

7.500 euros de restauración

Mientras, el cristo original que colgaba de las ruinas permanece en el taller del restaurador que, en teoría, debería llevar a cabo su rehabilitación. De momento, el asunto está parado. «Puxémonos en contacto co seu propietario [el Arzobispado de Santiago] pero nunca chegou a contestar», señala Víctor Caamaño. En el momento de asumir el gobierno municipal, el cuatripartito se encontró con un proyecto diseñado en tres fases, que no solo intervendría sobre la carcoma y el deterioro de la madera, sino también a la hora de recuperar la policromía. Su coste se elevaba a 7.500 euros y el silencio de la Iglesia lo mantiene congelado.