Mil vicisitudes y una duda razonable alrededor del descenso del Xuven Cambados

CAMBADOS

MARTINA MISER

Los de Chiqui Barros sufrieron multitud de problemas de efectivos, pero también el cansancio de una rotación recortada por el propio técnico

26 abr 2018 . Actualizado a las 14:37 h.

El Xuven Cambados perdía el pasado sábado su condición de franquicia de la LEB Plata. Lo hacía tras un año marcado por multitud de vicisitudes que lastraron al conjunto arousano, sobre todo la lesión de un Gerard Sevillano prácticamente inédito, y el salto de Karamo Jawara y Will Saunders a la LEB Oro durante la segunda vuelta. El cansancio de sus hombres de referencia acabó pasándole factura al equipo en un buen puñado de finales de partido a cara o cruz y por acumulación, quizá también en el exigente tramo final de Liga. Y aún con ello, limitado de efectivos, la falta de confianza del entrenador amarillo, Chiqui Barros, en los aleros Joaquín Reyes y un Milos Andrejevic que llegaba para echar una mano en las siete últimas jornadas, requirió de un mayor derroche físico de una plantilla en la que seis jugadores acabaron concentrando el grueso de los minutos en choques de la máxima exigencia. Estos fueron algunos de los elementos desestabilizadores y las respuestas adoptadas desde el club y el cuerpo técnico que, a la postre, confluyeron en la balance de 11 victorias y 19 derrotas que abocaron al Xuven al descenso.

Plantilla 100 % renovada

Las contraindicaciones del éxito. La brillante temporada firmada por el Xuven Cambados con el vilagarciano Manu Santos al frente del banquillo, segundo en la clasificación final de la fase regular, derivó en la descomposición de la plantilla amarilla, con el grueso de sus jugadores volando a más altos destinos. Ékik Quintela, Juan Rubio y Charles Nkaloulou dando el salto a LEB Oro, Adrián Chapela firmando por el gigante HLA Lucentum, o Matt Don multiplicando sus emolumentos en el recién ascendido Real Murcia. El obligado recorte presupuestario llevó a Manu Santos a declinar una oferta de renovación que llevaba aparejada la precarización de su equipo de trabajo.

  

Baile de pívots

Krysevich y Morena, gatos por liebres. Con un entrenador curtido en mil batallas, un brillante palmarés en LEB Plata y una sobresaliente carrera en LF, Chiqui Barros, el Xuven armó una nueva plantilla con contada experiencia en la LEB Plata (Juanchi, Villarejo y Estévez), apostando de nuevo por talento llegado de la EBA (Samu Barros, Carlos Poyatos), y por internacionales de selecciones de segundo nivel. Entre estos últimos, el bielorruso Krysevich, tras una pésima experiencia en Portugal, y un Bernard Morena recomendado por el añorado Baru que se esperaba con la pretempora iniciada al ir a jugar con su selección, Costa de Marfil, el Afrobásket. El primero fue cortado a una semana del inicio de Liga. El segundo llegó el 12 de octubre a Cambados tras dos arduos meses de pelea administrativa del club para conseguirle un permiso de trabajo. Con la primera baja se ganó la oportunidad de contratar a Karamo Jawara, varias semanas MVP de la Liga. Al segundo nunca se le llegó a encontrar un recambio de continuidad.

Perímetro inestable

Adiós de Otar; Sevillano y un tuerto. El club cortó a Morena en cuanto confirmó sus sospechas nada más cruzar la puerta de O Pombal: El ala-pívot africano, que no jugó finalmente el Afrobásket al sufrir en la víspera, traía una lesión articular de gravedad. Como con Krysevich y Jawara, la suerte pareció virar para el Xuven al darle la oportunidad de fichar a Gerard Sevillano, un alero con marchamo de LEB Oro que aguardaba su oportunidad de volver al baloncesto profesional en el Marín de EBA. Pero el catalán, internacional en categorías base, solo pudo ayudar al Xuven cinco partidos, al sufrir una lesión de tobillo de la que recaería después de una primera recuperación de dos meses. Y sin embargo, justo después del crack de Sevillano, y el adiós la misma semana del base internacional georgiano Otar Pkhakadze, que tras el sexto partido de Liga decidió dejar el Xuven al concluír que no iba a tener continuidad en su competencia con Samu Barros, el Xuven firmó su mejor mes, encadenando cuatro victorias. Ante Navarra, Baskonia, Martorell y Queso Zamorano, con Juanchi, Saunders y Jawara formando un tridente letal en el uno, tres y cinco; en Zamora aún sin el inglés, en la primera de sus dos convocatorias con su selección.

El Big Three, deshojado

Primero Jawara, después Saunders. El Xuven cerraba la primera vuelta casi en perfecto equilibrio, habiendo ganado 7 partidos y perdido 8, aunque con una pésima imagen ofrecida ante el equipo revelación de la Liga, el La Roda, en la que fue la primera de las ocho derrotas encadenadas por el conjunto de Chiqui Barros en su cancha, donde no ha vuelto a ganar desde el 16 de diciembre, 74-70 a Plasencia. Jawara dejó el equipo tras la jornada 17 para volar al Palma con público malestar del Xuven hacia los modos del club balear y el agente del pívot; el mismo que el de un Will Saunders, dura y públicamente criticado por Chiqui Barros tras la derrota con La Roda, al que el club abrió la puerta hacia Cáceres a falta de las seis últimas jornadas aún habiendo expirado su cláusula de escape.

  

Falta de confianza

Coby frente a Reyes y Andrejevic. El hueco de Jawara fue bien suplido con el fichaje de Jeff Coby, procedente del Prat, con unos números casi idénticos a los del noruego en 10 minutos menos de promedio por partido. Reyes, sustituto en noviembre de Otar procedente de un Almería de EBA donde firmaba 15 puntos y 7 rebotes por partido, solo fue usado por Chiqui Barros en 11 de sus 22 jornadas de amarillo -las dos últimas, en blanco-. Andrejevic, contratado en un último sobre esfuerzo económico del club tras colaborar Sevillano en la rescisión de su contrato, llegó para ayudar en las siete últimas jornadas, viendo las tres últimas finales del Xuven sin moverse del banquillo. Un aparente lujo cuando hablamos del baloncesto de hoy, en el que la velocidad, el ritmo y la intensidad del juego obligan al manejo en una plantilla de cuantos más efectivos mejor, si no por igual por una cuestión de calidad técnica, sí bien dosificados de cara a oxigenar a los hombres importantes del colectivo en aras de maximizar su rendimiento en pista.

Dos derrotas de cada tres de los quince finales ajustados

Un solo triunfo más habría otorgado al Xuven una plaza en la LEB Plata por sexta temporada. Esto es, de haber conseguido revertir el resultado en al menos uno de los 19 choques perdidos, el conjunto dirigido por Chiqui Barros habría salvado la categoría.

El cuadro amarillo cerró la mitad de sus encuentros con diferencias de 8 o menos puntos con su rival. En este tipo de desenlaces apretados los de Barros solo ganaron en una de cada tres ocasiones, perdiendo los diez choques restantes, y de estos, la mitad en el último mes y medio de Liga. En un buen puñado de ellos, viendo cómo más de uno de sus jugadores importantes, Saunders mientras estuvo, y Juanchi hasta el final, llegaban a los desenlaces a cara o cruz sin la agilidad mental necesaria tras jugar si no todo, casi todo el partido. Con Reyes, y recientemente Andrejevic, aparcados viendo salir por delante a los canteranos Juan Carlos y Saulo.