«El narcotráfico, que está de moda, no es importante para esta película»

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

El cambadés se desplazó ayer a una depuradora para participar en el rodaje de la cinta que escribió

08 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No es la primera vez que Juan Galiñanes se pone a escribir un guion. El cambadés cuenta en su amplio currículo con varios cortos, y también con la película de animación Holy Night. Pero Quien a hierro mata sí que es su primer guion para un largo de ficción. Galiñanes está convencido de que no podría haber tenido mejores compañeros para estrenarse en esta tarea. Porque su historia, esa que empezó a fraguarse tras una visita a la residencia de ancianos donde estaba su abuelo, la va a contar Paco Plaza, a protagonizar Luis Tosar y a producir Vaca Films. Dicen los que conocen el guion que no deja indiferente a nadie. Resumirlo, asegura su autor, es difícil. «Tengo la impresión de que cuente lo que cuente estoy desvelando algo», asegura.

-¿De dónde surge por primera vez la historia de «Quien a hierro mata»?

-La primera imagen, donde empezó esta película, la tuve en una residencia de ancianos, cuando fui a visitar a mi abuelo. Esa imagen de ver un montón de gente mayor, de mi abuelo que no estaba cómodo... Me impactó, me fui de allí con ella, pensando ‘me apetece que ese sea el marco de una historia’. Empecé a darle vueltas también al tema de la familia. Era, además, una época en la que estaba mucho por Cambados. Fui cogiendo ingredientes y, un día, de repente, se me apareció una imagen -que no puedo contar porque es el final de la película- y con el mundo de las drogas... todo ese cóctel hizo que saliera este guion. Construí la historia desde el final, que es algo que hago muchas veces. Es una historia difícil de resumir porque tengo la impresión de que cuente lo que cuente estoy desvelando algo. Y es un guion que se lee de un tirón, que la gente que lo conoce dice que le ha impactado. Paco, el director, nunca hace guiones que no son suyos. Es la primera historia que no es suya y que ha aceptado hacer porque le gusta mucho. Y eso, la verdad, es un orgullo.

-Aunque este no es tu primer guion es el primero de un largo de ficción. Rodarlo con Vaca Films y con Luis Tosar ¿es un sueño hecho realidad?

-La verdad es que Tosar era la imagen que yo tenía de mi personaje. Yo siempre quise que él fuera Mario y, cuando hablé con Emma Lustres, de Vaca Films, los dos estuvimos de acuerdo en que queríamos que hiciera ese personaje. Luis es un actor que va a hacer un personaje sin fisuras, que va a contar, que va a aportar. Tuve suerte porque aceptó hacer el papel. Y sí, es una parte del sueño que se cumple. En cuanto a Vaca, cuando tuve la historia hablé con Emma y le dije ‘tengo un guion para ti’. Y lo fue. Es una película compleja, por la historia, pero que enamoró a la productora. Para mí eso es una garantía de que se va a hacer bien y eso es una alegría para un guionista. No fue una peli que tuvo que viajar por tres o cuatro productoras.

-¿Rodarla en Cambados forma parte también de ese sueño hecho realidad?

-Esta película nace para aquí y está ambientada aquí. Aunque no se rodará toda en Cambados, la sensación que va a tener la gente es que lo que ahí aparece es Cambados. No por el tema del narcotráfico, que aunque ahora está de moda, no es importante para esta película. Es una cinta con una carga importante familiar y con un negocio turbio, pero el protagonista no es el narcotráfico. Los protagonistas son Mario y Antonio y sus hijos. Y el drama familiar. Es una historia de personajes, no de narcotráfico.

«La cinta, y la mirada de Paco, están consiguiendo que la historia crezca más»

Dicen que no es sencillo para un guionista ver lo que sucede con sus historias cuando dan el salto a la gran pantalla. Galiñanes, en cambio, está encantado con el proceso de transformación que está sufriendo su cinta a manos del director Paco Plaza. «El guion está escrito y mejorado por Jorge Gerricaechevarría, que es un crack. Pero, aparte de eso, la película está haciendo que la historia crezca más. La mirada de Paco es crucial y yo creo que va a gustar mucho. Sé por otros amigos guionistas que es cierto de que en cuanto se convierte en una película pierdes el control. Y yo preferí desvincularme completamente porque pensé que iba a ser un proceso complicado ver cómo cambia. Pero, en realidad, no me ha pasado eso. Como la historia está ambientada en Cambados me ha tocado localizar con Paco y he hablado mucho con él. Lo primero que le pregunté fue ‘¿qué vas a hacer con el final?’. Me dijo que le encantaba y que iba a respetarlo. Y cuando me contó cómo pensaba hacerlo, me quedé tranquilo», explica.

-¿Qué nos puede contar del argumento sin desvelar nada relevante?

-Mario es enfermero de una residencia de ancianos y tiene una vida plena. Va a tener un hijo y es feliz junto a su mujer, de la que está enamorado. Antonio llega de repente a desmontar toda esa felicidad sin hacer nada especial. Es un anciano, el narco más conocido de la zona que llega para estar bajo los cuidados de Mario. Todo lo que Antonio es para Mario va a hacer que esa luz que tiene se venga abajo y aparezcan todas las sombras de su vida. Luis y Paco dicen que Mario es un yonqui del odio. Ese odio que sentía se despierta, sale a la luz de una manera incontrolable y devastadora. A partir de ahí, es una historia muy potente, un thriller de acción.