Crónica en tres actos de una comedia maravillosa

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

Caracol cumple veinticinco años repartiendo ilusión y puro teatro entre miles de escolares de la comarca

08 abr 2018 . Actualizado a las 21:03 h.

Primer acto

La acción comienza en una reunión del ANPA de San Tomé. Fue allí donde empezó todo. Sucedió hace ya veinticinco años. «A idea foi miña», cuenta Olga González. «Sempre eran os pais os que ían as obras dos nenos e pensei que podiamos facelo á inversa». Y ahí surgió Caracol. Aquel año supusieron los quince primeros minutos de éxito. Un éxito imparable y que pronto comenzó a exportarse. Olga era neófita en ese mundo, pero fue poco a poco sumergiéndose en él. Acudió a cursos, estudió teatro y, sobre todo, leyó mucho, que es la manera más inteligente de poder entender las cosas. En Caracol se encargan de todo. Desde el vestuario a los decorados y, a veces, hasta del propio texto que se va a interpretar. «Son moi creativa», explica Olga. Los decorados se hacen los lunes y los martes por la tarde, en ocasiones con colaboradores destacados como María José Prado o del propio hijo de Olga, el bailarín Matías Daporta.

segundo acto

Salón lleno de niños con los ojos como platos, mientras sus padres están sobre el escenario. Así durante muchos años. Un centenar de actores y muchos miles de escolares han pasado por Caracol. El público también cuenta, y mucho, porque participa durante la representación. Lo hace fuera del escenario, pero es el mejor termómetro para saber si se ha conseguido enganchar al espectador. «Nunca sabes como reaccionarán», afirma Olga. Y no es fácil, porque tienen que ser textos que despierten el interés de un amplio abanico de edades. Desde los tres años que tienen los más pequeños hasta los que rozan ya el paso al bachillerato.

tercer acto

Entramos en el lejano oeste. Hay vaqueros, por supuesto, y un «saloon» en el salón. Para celebrar el 25 aniversario de Caracol, Olga González ha decidido adaptar el Far West al que se había trasladado la compañía Yllana hace unos años para trasladarlo a Cambados. Ha sido un año de preparación que verá la luz el día 18 de este mes. El domingo será el día en el que el público en general podrá ver la obra. Desde ese día 18 y hasta el 27, en el que se alzará el telón por última vez, una representación al día con una media de trescientos niños cada día. Alumnos ya de muchos colegios de O Salnés porque la fama del buen hacer de Caracol hace ya tiempo que traspasó las fronteras de Cambados. ¿Siguen existiendo los nervios tras tantos años sobre el escenario? «A estas alturas xa estou atacada -responde Olga-, pero iso é bo. Nunca sabes como van reaccionar os rapaces». Este año, además, para celebrar los veinticinco años de Caracol habrá alguna sorpresa. Cinco lustros dan para mucho. Alguno de los padres que comenzó con aquella aventura ya tiene nietos. Y varios de aquellos primeros hijos que asistían atónitos a las primeras representaciones tomaron luego el relevo.

Epílogo

Septiembre de 2018. Estreno del documental sobre los 25 años de Caracol. El 25 cumpleaños es siempre una fecha señalada. Caracol ha decidido celebrarlo con la elaboración de un documental que refleje buena parte de todo lo que ha sucedido durante los cinco lustros de esta obra maravillosa. Un documental en el que también es probable que se pueda ver el resultado de la intensa conexión que surge cada año entre los actores y su especial público. Una conexión que tiene su reflejo en los dibujos que mandan los chavales a Caracol. El estreno está previsto que llegue en septiembre, con el nuevo curso. ¿Es una fecha tan señalada como para que Olga esté pensando en hacer mutis por el foro? «Xa empezo a estar maior», afirma. Sostiene la directora que lleva ya algún tiempo lanzando la indirecta de que quizás sería conveniente que ella se hiciera a un lado y que alguien cogiera el relevo. Y considera, además, la directora, que en Caracol hay gente perfectamente válida para asumir el puesto. «Ninguén é imprescindible», apunta. Argumenta Olga que son ya muchos años y la tarea, que prácticamente se solapa entre un año y el siguiente, ardua. Claro que, en el otro lado de la balanza -que afortunadamente todavía tiene más peso- se coloca con mucha fuerza su extraordinario premio. «É moito traballo, pero despois compensa. Esquécense os problemas», asegura la directora de Caracol. Todo ese trabajo verá la luz a partir del día 18. Será con una de vaqueros, con la que Caracol conseguirá insertar de nuevo en las escolares la ilusión por el teatro. Lo hará trasladándolos al oeste, pero a un oeste mucho más cercano, cálido e ilusionante que el de costumbre.