Doce personas intoxicadas al arder un acumulador en un piso de Cambados

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

Martina Miser

Los heridos han sido dados de alta pero parte de ellos no podrán regresar a sus pisos

07 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Sucede en las películas. Empieza un incendio y, en cuestión de segundos, los protagonistas se encuentran poniendo paños húmedos bajo las puertas para evitar que el humo los intoxique. Pues en una escena similar se vieron envueltos ayer por la mañana el cambadés Miguel Maneiro y sus padres. Eran cerca de las siete de la madrugada cuando su padre se despertó alarmado. El sofá cama de una de las habitaciones estaba ardiendo. Pasaron segundos, quizás solo unos minutos, y esta familia no le quedó más remedio que encerrarse en la cocina, con los famosos paños húmedos bajo la puerta, a esperar. «Fue el momento más agobiante», reconocía horas después Maneiro. La rápida intervención de varios agentes de la Guardia Civil y del responsable de Protección Civil de Cambados impidieron que la historia tuviera un final trágico. Aún así, doce personas, entre ellos algunos agentes, los inquilinos y algún que otro vecino, resultaron intoxicados. Una veintena tuvo que dejar sus viviendas de forma precipitada.

Todo parece indicar que el fugo comenzó en un sofá que estaba pegado a un acumulador eléctrico. «Cuando llegamos estaba ardiendo el apoyabrazos que estaba pegado al acumulador. Intenté apagarlo, pero no fui capaz», cuenta Maneiro mientras se recupera en el Hospital do Salnés. El susto ha pasado y está contento porque no hubo que lamentar daños personales. Recuerda lo sucedido perfectamente. Viendo que era incapaz de apagar el fuego, se fue a buscar a su madre, que seguía en cama. «De repente había mucho humo y ya no me dio tiempo a ir a mi habitación», asegura. Allí estaban las llaves de la puerta de la entrada, que estaba cerrada y les impedía salir de la vivienda. Así que optaron por ir a la cocina. «Cerré la puerta, puse toallas mojadas y esperamos a que vinieran a buscarnos», relata. En ese momento estaba ya al teléfono con los servicios de emergencias y, por la ventana, «vi a la Guardia Civil venir, aún así ese fue el momento más agobiante», añade.

Dos agentes del cuartel de Cambados fueron los primeros en llegar. Con un extintor intentaron tirar la puerta abajo, pero fueron incapaces. La actuación de los efectivos de Protección Civil de la localidad fue, aquí, decisiva. «Recibimos un aviso de un incendio en un sofá, pero cuando llegamos nos dijeron que había atrapados», cuenta Iván Marín, responsable del servicio. Cogió las herramientas necesarias y subió al piso. Entre todos consiguieron tirar la puerta abajo y rescatar a los tres inquilinos, Miguel y sus padres Manuela F. P., de 77 años, y Miguel M.M., de 79. Los tres fueron derivados al Hospital do Salnés con síntomas de intoxicación. También tuvieron que ser derivados dos de los agentes. Para entonces ya habían llegado a la zona los Bombeiros do Salnés, que ayudaron a evacuar a los vecinos y se pusieron a extinguir el fuego.

«Eran las siete de la mañana cuando sentimos el timbre de casa. Era la Guardia Civil que venía a avisarnos», explica una de las residentes en uno de los pisos. Cerca de una treintena de vecinos tuvieron que abandonar sus viviendas. Algunos de ellos sufrieron intoxicaciones por humo durante el proceso. En el Hospital do Salnés trataron, finamente, a una docena de afectados de entre 28 y 79 años de edad. Fueron intoxicaciones leves por haber respirado humo así que a última hora de la mañana todos los heridos habían sido dados de alta. Algunos pudieron regresar a sus casas, otros tendrán que esperar unos días.

Los vecinos desoyeron la recomendación de los bomberos de quedarse en casa

Tras rescatar a los inquilinos de la vivienda incendiada, Guardia Civil, bomberos y Protección Civil iniciaron el desalojo de los pisos más cercanos de este inmueble de la plaza Clemencio Fernández Pulido. Viendo que el fuego se limitaba a una sola habitación, recomendaron al resto de inquilinos que cerraran las puertas y se quedaran en sus casas. Con ello querían evitar que la apertura de los accesos generara corrientes de aire que ayudaran a expandir el humo por el resto del edificio. Pero fue imposible. Al conocer la existencia del fuego todos optaron por abandonar sus viviendas, con lo que las zonas comunes se llenaron de humo. Abajo, el espectáculo era dantesco, pues por una de las ventanas se veían salir grandes llamas de fuego, que enseguida fueron controladas por los bomberos.

A las nueve de la mañana, buena parte de los inquilinos todavía se encontraba en los bares cercanos, algunos de ellos en pijama. Poco a poco, y con ayuda de los bomberos, fueron subiendo a sus viviendas para comprobar que los niveles de monóxido eran correctos y que podían regresar. Además de la vivienda quemada, todos los pisos, desde el tercero al quinto, están afectados con manchas de humo. También las zonas comunes se encuentran dañadas.

Ayuda del Concello

La alcaldesa de Cambados, Fátima Abal, puso ayer a disposición de los afectados por el incendio los servicios sociales municipales. «El Concello les ofreció un sitio para pernoctar y comida. Estamos en contacto con el administrador de fincas para saber si necesitan algo», explicó la regidora. Algunos todavía tardarán unos días en poder regresar a sus casas. «El piso de abajo tenía filtraciones de agua y el resto manchas de humo», concluye.