Piden dos años y medio de cárcel para un hombre que huyó de la Guardia Civil con vieiras ilegales

m. santaló CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

Le sorprendieron con 191 unidades de este marisco capturadas furtivamente, e inició una escapada en coche

07 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay fechas en las que la captura de marisco queda terminantemente prohibida. El 7 de noviembre de 2016 se encuadró en una de esas temporadas en las que las autoridades administrativas competentes determinaron la veda en la ría de Vigo por el alto nivel de la toxina amnésica dos moluscos (ASP, por su nombre en inglés). Una prohibición que no impidió que un dispositivo de vigilancia de la Guardia Civil de Sanxenxo sorprendiese a un varón de unos cuarenta años de edad con 191 vieiras vivas recién pescadas, que transportaba en el maletero de su vehículo. Los hechos tuvieron lugar por la noche, sobre las 23.00 horas pasadas, y la carretera VG-4.1 como escenario. Los agentes iniciaron su seguimiento por esta vía hasta, finalmente, detener al hombre a la altura de O monte do Pacho, en Sanxenxo. Un año después, la Fiscalía le pide dos años y seis meses de prisión y multa por un delito contra la salud pública en relación con los productos alimenticios. En caso de no condenársele por este delito, contempla una multa por atentar contra la fauna.

Persecución

La detención del hoy acusado no fue sencilla. Tras iniciar el seguimiento y circular detrás del sospechoso, los agentes le perdieron la pista a la altura de salida de Airos-Noalla. Momentos antes, tal y como recoge el escrito de acusación, el hombre realizó un cambio de sentido al percatarse de que le seguían, rebasando el control policial y colisionando con uno de los vehículos utilizados por la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra. El escrito indica también que el acusado desoyó las órdenes para que se detuviese y continuó en dirección Sanxenxo. Finalmente, abandonó el vehículo en una pista forestal en O monte do Pacho, donde fue localizado media horas después.

Marisco incautado

Con la detención se produjo también la incautación de 191 vieiras. Unas vieiras que, tal y como relata la Fiscalía, el acusado capturó con el objetivo de vendérselas a otras personas «a sabiendas del peligro que suponían para la salud de los consumidores». Por ello, además de la pena de prisión y la multa correspondiente, solicita para el acusado una inhabilitación especial de cinco años para la venta de marisco. En la causa también está personada la Abogacía del Estado, que solicita una indemnización de setecientos euros por los daños sufridos en el coche utilizado por la Guardia Civil en la defensa, foco y aleta delantera izquierda cuando el acusado chocó contra él para después proseguir su huida.

El procesado afronta la pena en solitario. El juzgado de Cambados acordó el sobreseimiento provisional sobre otra persona. La Fiscalía pide que se deduzca testimonio de la causa a este segundo hombre para «depurar la eventual responsabilidad penal que pudiera corresponderle por la presunta comisión de un delito de simulación de delito al asumir la autoría de los hechos y la responsabilidad por los mismos, encubriendo al verdadero responsable».

Superaba once veces el límite permitido para la ingesta humana

Las vieiras decomisadas fueron trasladas al Instituto Tecnológico de Control de Medio Marino de Galicia (Intecmar), donde fueron analizadas. Estas pruebas dictaminaron que las 191 vieiras capturadas de forma furtiva en la ría de Vigo estaban afectadas por la toxina ASP en la cantidad de 221,5 miligramos por kilogramo. Esto es once veces más que el límite legal permitido para no ser perjudiciales para la salud humana tras su consumo. Es decir, 20 miligramos por kilogramo. Sobre los análisis recogidos durante la investigación, la Fiscalía considera demostrado que «las vieiras incautadas estaban destinadas a su comercialización y venta en el mercado ilegal a terceras personas, sin estar depuradas ni desinfectadas por el cauce legal y reglamentario previsto para su lícita distribución en el mercado». En este sentido, el delito contra la salud pública en relación con los productos alimenticios y la salud de los consumidores que se atribuye al acusado está vinculado con la modalidad de sustraer efectos destinados a ser desinfectados para comerciar con ellos. La intoxicación en humanos se inicia entre treinta minutos y 24 horas después de la ingesta del molusco y los síntomas pasan por los vómitos y diarrea hasta convulsiones y amnesia.