Con los pies mojados a clase

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

La falta de red de pluviales en Castrelo y Os Caeiros provoca que, en cuanto llueve, se inunden los accesos a los colegios

20 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Afortunadamente para los alumnos del colegio de Castrelo y del instituto Francisco Asorey de Cambados este otoño ha llovido muy poco. De otro modo, más de uno hubiera cogido un catarro por haber permanecido en el aula con el calzado y la ropa mojados. Ambos centros educativos arrastran desde hace años un problema de canalización de aguas pluviales en sus accesos que provoca inundaciones en cuanto llueve, y como no hay alternativa, a los niños y jóvenes no les queda otra que sortear y pisar charcos para poder entrar y salir de clase.

Según informa el concejal de Obras e Servizos, José Ramón Abal, el Concello está buscando una solución. El edil se trasladó la semana pasada a la parroquia de Castrelo para supervisar el estado de la carretera que pasa delante del colegio y anuncia que está previsto instalar una tubería para recoger las aguas pluviales. El Concello está a expensas de la autorización de Patrimonio para poder ejecutar la obra, dado que se trata de una zona incluida en el área de protección arqueológica. Según el edil, el problema en Castrelo está motivado a que la acera que se construyó en el 2015 se hizo mal. Era año electoral, recuerda, y alguien se olvidó de que procedía instalar una canalización de pluviales bajo el cemento. «Gastaron cinco mil euros e agora hai que volver a romper o pavimento para meter a tubaxe e gastar outra vez cartos». Entre tanto no se resuelve el desaguisado, el agua seguirá acumulándose entre la calzada y la acera en cuanto llueva con un poco de intensidad, lo que obliga a caminar entre charcos y provoca que los peatones acaben salpicados por los vehículos que circulan por esta vía.

Sin planes para el Asorey

En cuanto al instituto Francisco Asorey situado en Os Caeiros, el edil todavía no tiene claro que tipo de intervención se ejecutará en la zona, pero cree que la solución es factible «

porque parece máis sinxelo que o caso de Castrelo

». Lo que no hay es proyecto de obra ni fechas de ejecución, de forma que los estudiantes tendrán que seguir metiendo los pies en el agua que se embalsa en la entrada principal a falta de un tablón o similar que les permita vadear estos charcos.

En uno y otro caso, padres de alumnos han expresado ya su queja por una situación que consideran impropia de este siglo y que puede perjudicar la salud de sus hijos. En el caso del Asorey, hace años que se arrastra este problema pero nadie ha tomado cartas en el asunto.