Cambados despide a su teniente en un acto emotivo

Bea Costa
bea Costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

José Antonio Rivero ya es capitán y eso le obliga a dejar su puesto en el cuartel; se va entre aplausos y agradecimientos

15 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Algo se olía, que para algo es guardia civil, pero el acto que ayer le prepararon en el Concello de Cambados superó sus expectativas. José Antonio Rivero Zobra recibió un emotivo homenaje de compañeros y amigos porque deja la villa del albariño después de nueve años ejerciendo como máximo responsable del puesto, en calidad de teniente. Acaba de ascender a capitán y esto le llevará a un nuevo destino, que todavía desconoce. Su marcha puede ser cuestión de días o de semanas, en todo caso, en Cambados se han adelantado y le organizaron una fiesta, con regalos, música y pincho.

La culpa fue del jefe de la policía local, Maximino Cid, que no quiso que su colega se fuera sin más. Porque en Cambados, visto lo visto, se le aprecia. «Imos botarte de menos Toño, a ti, á túa muller e aos teus fillos», señaló la alcaldesa, Fátima Abal, no sin antes agradecerle los servicios prestados en los últimos años. «Foi moi fácil traballar con el», apuntó el concejal de Seguridade Cidadá, José Ramón Abal.

En el acto celebrado al mediodía hubo una amplia representación institucional. A los ediles mencionados hay que sumar a Víctor Caamaño, Tino Cordal, María José Cacabelos y Luis Aragunde -este último coincidió con Rivero en su etapa en la alcaldía- y allí estuvieron también el capitán jefe de la Guardia Civil de Vilagarcía, José María Rancaño, el jefe de la Policía Local de Vilanova, Joaquín García, y otros mandos y agentes de la Guardia Civil y la Policía Local de Cambados. No todos los asistentes estaban uniformados. En el salón de actos se dieron cita el párroco, representantes de la cofradía, de las asociaciones de depuradores, de comerciantes y hasta algún compañero de piragua, porque a José Antonio Rivero era habitual verlo paleando por las aguas arousanas.

Quienes le conocen destacan del ahora capitán su capacidad para integrarse en la vecindad. Cuando llegó en el 2003, de Cambados solo conocía el nombre, y a este hombre de tierra adentro -es natural de Lalín y siempre estuvo destinado en puestos del interior- enseguida le cautivó el mar y la gente de la costa. «Aquí a xente é máis aberta, máis natural e moi directa, non calan o que pensan, e iso pode ser unha virtude (...) Estiven a gusto e feliz, houbo momentos de moito traballo pero tiven un equipo estupendo. Todos eses momentos lévoos na miña mochila a onde vaia», señaló.

En esa mochila guarda las satisfacciones que le dio el trabajo, «sobre todo cando ves que podes axudar», y algún mal momento también. El peor, la muerte de un compañero en accidente de tráfico hace cuatro años.

Como responsable del cuartel de Cambados ha asistido a todo tipo de casos, desde crímenes a la última plaga de incendios. «Somos o último recurso, cando fai falta ata facemos de bombeiros, estamos aí as 24 horas». Y por su buena disposición, de Cambados se lleva un homenaje que le emocionó. Recibió palabras de afecto, aplausos, un par de placas gentileza de la policía local y del Concello e incluso un disco. Manso e Amigos interpretaron para la ocasión su A ti meu Cambados y le regalaron el cedé que, según dijo el capitán, siempre tendrá a mano. También sonó un pasodoble interpretado a la gaita y percusión por Nacho e Isa y hubo un ramo de flores para su mujer Mónica. El fin de fiesta llegó con la foto de familia, un aperitivo de empanada y jamón y un brindis por Cambados que pidió el propio José Antonio Rivero.