«Erradicar las pexas de los caballos en nuestros montes fue una lucha personal»

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

El rescate de «Loita», la perra dejada a su suerte en Cambados, no es más que una gota en el inmenso mar del Seprona

01 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Unos minutos de conversación bastan para comprender que lo que esta gente hace exige un alto grado de vocación y un sentido del deber que excede horarios y comodidades. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil asume competencias como la protección animal, la investigación de incendios forestales, el control de vertidos y residuos, la vigilancia de costas, pesca, caza y marisqueo, la sanidad animal relacionada con la alimentación o la lucha contra el contrabando de especies exóticas. Incluso minas y áridos caen bajo sus atribuciones «En definitiva, garantizamos la calidad del aire, la tierra y el agua, la naturaleza en su sentido más amplio», explica Héctor García, jefe de la patrulla del Seprona en Vilagarcía desde el 2008.

-Debe ser muy complicado lidiar con tantas competencias.

-Somos la especialidad de la Guardia Civil que más legislación tiene que manejar, sí. Desde la normativa europea a las ordenanzas de un concello

-¿Y qué capítulo es el que les da más trabajo en esta zona?

-Se trata de una comarca con una alta actividad empresarial e industrial, y una buena parte del servicio está enfocado en el control de vertidos. También en el furtivismo. Otro pilar es la protección animal. Y la investigación de incendios en verano, claro.

-Dígame, ¿hay mucho incendiario en esta comarca?

-Lo primero que hay que tener claro es que el pirómano como tal, el que quema el monte porque padece una enfermedad, es un porcentaje muy pequeño y generalmente fácil de localizar.

-¿Y el resto?, ¿la mayoría de quienes queman el monte?

-Las motivaciones son variopintas, pero nuestra experiencia nos dice que la cultura del fuego en Galicia y la negligencia están en la base. Como anécdota recuerdo que, siguiendo la huella de un incendio, hace tiempo, dimos con el cadáver de un caballo que había sido cubierto con cal. Sabiendo leer los vestigios de un fuego, llegas a determinar con certeza dónde empezó. Y este lo hizo en el cuerpo de aquel caballo. Solicitamos un informe a la universidad para que confirmase si químicamente era posible que la combinación entre la cal, la humedad, la vegetación y el calor de los restos del caballo en descomposición desencadenase un fuego. Así fue y detuvimos al culpable. Al hombre se le murió un caballo en el monte, los vecinos se quejaron del olor y él recurrió a la cal. Una negligencia.

-Hablando de caballos, la práctica de atrancarles las patas con pexas es una salvajada, ¿no?

-Lo es. Erradicar las pexas fue una lucha casi personal. Así lo asumimos desde el principio. Dispusimos todos los medios para identificar a los propietarios. Y con la implicación de compañeros como Rubén Dorado González podemos afirmar que en Xiabre, Armenteira o Siradella, en los montes de nuestra zona, las hemos eliminado tras años de trabajo duro, coces, mordiscos, golpes con las trancas e incluso costillas rotas. Me siento muy orgulloso de mi equipo de trabajo.

-Caramba, costillas rotas...

-Nos manchamos las botas. Trabajamos así. Levantamos alcantarillas, recorremos ríos llenos de maleza en busca de puntos de vertido, nos echamos al mar.... Créame que el resultado es satisfactorio. En diez años hemos conseguido una evolución generalizada en favor del medio ambiente. Que empresas que vertían y no tenían ningún sistema de depuración los apliquen. Que concellos que antes quemaban sus residuos sean hoy reconocidos como municipios saludables.

«La cultura del fuego en Galicia

y las negligencias están en la base de muchos incendios»

«Tener un perro atado no implica necesariamente un delito de maltrato»

El caso de Loita, la perra que el Seprona rescató tras meses de abandono en una vivienda de Cambados y se recupera en el refugio de animales, atrajo la atención pública sobre la labor del Seprona. Así son las cosas a veces. Lo más pequeño puede arrojar luz sobre algo mucho mayor.

-¿Cómo dan con «Loita»?

-En ocasiones la gente tiende a exagerar al denunciar, por ello es importante comprobar lo que en realidad sucede. Ante la duda sobre aquella llamada fuimos allá. La casa está en Cambados, pero los dueños no vivían allí. Por razones complejas no podían desplazarse a Cambados, pero finalmente conseguimos ir con alguien que nos abrió la puerta. La perra se encontraba en muy mal estado y la pusimos en manos del refugio, cuya colaboración está siendo extraordinaria desde hace varios años.

-Este caso parece estar claro. ¿Pero dónde está el límite? ¿Qué se puede considerar maltrato animal y qué no?

-El maltrato como tal implica un trato injustificado. En realidad, es la autoridad judicial la que debe determinar si un caso determinado constituye o no un delito de maltrato. Nosotros, obviamente, tenemos elementos de juicio para identificarlo, pero la que legalmente lo establece es la autoridad judicial. Un ejemplo. Si las condiciones higiénico sanitarias en las que se encuentra un perro son malas, eso constituye una infracción administrativa. Pero si esas condiciones causan un resultado de enfermedad para el animal, o en un caso de muerte por inanición, se trataría ya de un asunto penal. Digamos que los delitos, los casos de índole penal, son casos de resultado.

-O sea, que tener un perro atado no tiene por qué ser un delito.

-No. No implica necesariamente un delito, a no ser que esa situación cause un daño al perro.

-¿Qué le recomendaría a alguien que se esté pensando traer una mascota, un perro, a casa?

-Que adopte en un refugio y le dé una oportunidad a un animal que lo va a agradecer. [Rubén Dorado, que asiste a la conversación, acuña un lema: «En esto, como en todo, no seas racista»].

«Aquí existen verdaderos grupos organizados que se dedican a la venta de vieira tóxica»

El trabajo del Seprona de Vilagarcía fue fundamental para conseguir la primera condena contra un individuo por atrancar las patas de sus caballos con pexas. Pero su actividad, queda dicho, va mucho más allá. En Sanxenxo, por ejemplo, su investigación desveló que tres empresas se dedicaban a la gestión de residuos peligrosos, como el amianto, sin disponer de autorización.

-Hablábamos de que la evolución en el respeto hacia el medio ambiente es positiva. ¿También al nivel de las empresas?

-Es cierto que en el río de O Con hemos realizado, por ejemplo, muchos servicios a lo largo de los años. Pero sí, la evolución es positiva en cuanto a la sociedad en general y también por lo que respecta al empresario. A base de inspecciones, denuncias y sanciones hemos conseguido que se instalen mecanismos de depuración. La ley, en este sentido, cambia y evoluciona, y la gente se va adaptando a ella.

-¿Qué papel desempeña la educación en todo esto?

-Es fundamental. Es la base para ganar conciencia y evitar las agresiones al medio ambiente. Es el futuro. Nosotros, de hecho, además del trabajo diario impartimos charlas en aquellos colegios que nos lo piden [el Seprona de Vilagarcía colabora, por ejemplo, con Voz Natura].

-En una ría como esta, supongo que el furtivismo será duro.

-Es algo que va más allá de la apropiación indebida de marisco. Nos hemos encontrado con auténticos grupos organizados que se dedican a la venta de vieira tóxica [hace un tiempo, la unidad que dirige Héctor García interceptó media tonelada de vieira cargada de toxina a medio camino de Caldas y Vilagarcía]. En algunos casos, el nivel de toxina multiplicaba por siete el nivel máximo permitido. Es extremadamente peligroso.