Costa es optimista y confía en que los niños de hoy den un futuro mejor a los animales. «No sé si lo veré pero los jóvenes tienen una gran concienciación». Algo tiene que ver ella también. Lleva años impartiendo charlas en los colegios y enseñando a los pequeños, por ejemplo, que con Clau se pueda aprender a leer y a sumar. Con los perros del refugio, Olga Costa ha trabajado con presos en la cárcel de A Lama, visita a personas tetrapléjicas en los hospitales y canta y juega con personas mayores en geriátricos y centros de día. «Fuimos los primeros en España en utilizar perros del refugio para terapia, la gente nos decía que no íbamos a ser capaces, pero lo hicimos». Es su sello; la perseverancia y la confianza en unos animales que nadie quiere, y esa perseverancia evitó que tirase la toalla en más de una ocasión. Hace doce años le quemaron el coche a la puerta de su casa. Está convencida de que fue una venganza de una persona que tuvo que pagar 600 euros de multa tras haberla denunciado por abandono de un animal, pero nunca lo pudo probar. Entonces sus dos hijas aún eran pequeñas y en su entorno le decían que lo dejara, que el peaje resultaba demasiado duro. «Me alegro de no haberlo dejado, por haber superado el miedo y por que no habríamos conseguido todo lo que conseguimos».
Su premio es haber salvado y encontrado un hogar a miles de animales. El reconocimiento le llega a diario por parte de la gente, y la semana pasada, en forma de placa, que le entregó el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil con base en Vilagarcía. Detrás hay mucho trabajo y sinsabores pero ella sigue al pie del cañón con la ayuda de un regimiento de voluntarios que se encargan de la rutina diaria y que no dejan de sorprender con iniciativas innovadoras, ya sea un Cat Café o un trineo de Navidad tirado por los perros del refugio. Vali, Nor, Blanquita, Don Arturo… son nombres que formarán parte de su vida ya para siempre aunque estos seres de cuatro patas estén lejos, en Alicante y en Alemania, gracias a las siempre escasas adopciones.