El concejal de Cambados, Víctor Caamaño, reiterará hoy, por tercera vez, su petición de entrevista con responsables de Augas de Galicia. Uno de los problemas que le inquietaban, el de la posible sanción por los vertidos al río Umia, ya está resuelto, pero tiene otro asunto en su agenda que le preocupa. Se trata de la situación en que se encuentra la depuradora de O Facho (Castrelo). Estas instalaciones no funcionan como debieran, según sostiene el edil, lo cual provoca que la planta se averíe con frecuencia y, en consecuencia, se produzcan vertidos de aguas industriales y residuales a la ría de Arousa. En verano falló el ozonizador, lo que provocó que las aguas que rebosan en la ensenada de A Toxa lo hagan con una alta carga bacteriana. Arreglarlo costó unos 6.000 euros que pagó el Concello, pero esta solución no deja de ser un parche.
Tubería a Meaño o a Ribadumia
El gobierno local pide que se desmantele esta planta y se acometan las obras de infraestructura necesarias para canalizar las aguas residuales de la parroquia de Castrelo, bien a la depuradora del Umia (Ribadumia), bien a la de Meaño, «
porque a de Castrelo nin sequera é unha depuradora»
, afirma Caamaño. Esta planta se construyó en el 2006 y se presentó como la solución al tratamiento de las aguas residuales, pero el tiempo demostró que la medida no ha sido del todo eficaz. El principal problema es que sigue habiendo empresas que vierten a la red pública sin realizar los procesos de decantación pertinentes, lo cual colapsa la instalación y ocasiona vertidos a la ría. Las mariscadoras ya han protestados en varias ocasiones por la contaminación de las zonas de producción y los análisis pusieron en evidencia de que sus quejas no eran infundadas.