Cambados está ya inmerso en la vorágine albariñense. Quedan por delante cuatro días de mucho vino, de mucha música, de tráfico imposible y de premios
04 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Miércoles a las dos de la tarde y ya se hacía difícil atravesar el Paseo da Calzada. La conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, y la alcaldesa Fátima Abal, venían de cortar la cinta inaugural de un recinto que hasta el domingo estará poblado por 44 bodegas y miles de personas, copa en mano. Copa que este año estrena diseño. El Consello Regulador Rías Baixas quiere «dignificar» el consumo en la fiesta y además de adquirir unas copas más estilizadas -que se venden a dos euros en el propio recinto- ha renovado las casetas de las bodegas. Insistía ayer sobre este aspecto el presidente del consello, Juan Gil, quien reiteró que la Festa do Albariño es el mejor escaparate para los blancos de Rías Baixas.
¿Y la cosecha que viene? «Será un 20 o 25 % inferior a la del pasado año», informó. Pero del albariño que está por venir se dará cuenta en el 2017. De momento, lo que ocupa a los cambadeses y no cambadeses, que en estas fechas son multitud en la villa, es la última añada. En la pasada edición se despacharon 85.000 botellas en el recinto y, a la espera del balance del próximo lunes, lo que ya se da por hecho, a juzgar de lo visto ayer, es que la fiesta cosechará un nuevo éxito de público y de ventas.
¿Qué tiene el Albariño para ejercer tal poder de atracción? «É a mellor festa do mundo», coreaba ayer al mediodía un entusiasta, bien provisto, como no, de su botella y su camiseta. A la pionera «Chejar e encher» se han sumando otras a lo largo de los años, rotuladas con lemas a cada cual más ingenioso. Un «Vin polo viño e vou polo aire» ya se paseaba ayer por Cambados, y más que vendrán.
Con permiso del vino, el buen humor y los reencuentros de amigos y familiares son las otras señas de identidad del Albariño. No hay mejor fecha que el primer fin de semana de agosto para tropezarse con ese compañero de instituto que hace diez años que no ves o con el primo que vive en Madrid.
Cambados ya está a tope. Los hoteles están llenos y en los hogares se habilitan todas las camas disponibles para amigos y allegados. Y el coche, mejor no cogerlo a no ser que sea estrictamente necesario. Ayer empezaron los cortes de tráfico en el centro, y en las carreteras de acceso desde Corvillón, Castrelo y la avenida de Vilariño, el Concello ha habilitado aparcamientos en los que es posible dejar el coche por 3 euros al día.
Desvíos para el tráfico
El viernes y el sábado por la tarde-noche se va a restringir el tráfico por la avenida de Vilariño para evitar colapsos. El tráfico procedente de la Vía do Salnés que se dirija al centro del pueblo se desviará por la salida de Corvillón en vez de darle salida por la rotonda de la fuente, según explicó ayer el concejal José Ramón Abal.
Toda precaución es poca a tenor de la experiencia del año pasado. Entonces en el Concello calculaban que pasaron por el pueblo entre 250.000 y 275.000 personas en los días de fiesta, demasiadas para la capacidad física y logística de un municipio de 14.000 habitantes. Esta situación obliga al Concello a redoblar esfuerzos en materia de limpieza y seguridad pero todo sea por un Albariño que deja muchos miles de euros en la villa, y mucha promoción turística.
La alcaldesa animó ayer a todo el mundo a visitar Cambados, y lo hizo también Carmela Silva que agasajó a los cambadeses diciendo aquello de que Cambados «é un dos concellos máis fermosos da provincia».
«E os que sexades de fóra volvede para gozar de Cambados cando pasen estes días», invitó Francisco Fernández Rey desde el balcón del Concello, cerrando así un pregón que recorrió la historia de la fiesta a lo largo de diez folios.
Roi Casal vuelve a Fefiñáns y Uxía, además de cantar, recibirá la Folla de Ouro del Concello
Uno de los alicientes de la Festa do Albariño es su cartel musical. Los tiempos de Manolo Escobar, Bisbal y Maná son cosa el pasado. El dinero ya no fluye como antes de la crisis y los criterios han cambiado en el gobierno local. Lo decía el concejal de Cultura, Víctor Caamaño, la semana pasada en la presentación de la fiesta; el cartel es menos mediático y da prioridad a la música de Galicia. Anoche se inauguró el programa con el musical Keltia, que recrea los orígenes del pueblo celta, y hoy (23.30 horas) sonará el arpa de Roi Casal, al son galego y al son cubano, tal y como reza en su gira. Antes, a las 20 horas en la plaza de O Con, en San Tomé, será el turno de De Vacas, dentro de la apuesta lanzada por el Concello de abrir las actuaciones a otros lugares del pueblo que no sean Fefiñáns y la Praza do Concello.
Todavía queda mucho cartel por delante. Mañana a las 20.00 horas en el jardín de la biblioteca Luís Rei (Casa dos Fraga) actuarán Uxía e Narf, una Uxía que volverá el domingo a Cambados, esta vez como pregonera del Xantar y para recibir la distinción de Folla de Ouro que le concede el Concello junto al otro pregonero de la fiesta, el cambadés Fernández Rey.
Furious Monkey House tomará el relevo mañana a las nueve de la noche y a medianoche Fefiñáns regresará a los años ochenta con Kevin Weatherill de Inmaculate Fools.