A Illa lucha contra las autocaravanas mientras Cambados les busca sitio

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

CAMBADOS

O Bao sigue siendo un punto de acampada pese a estar prohibido

23 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los autocaravanistas se quejan de que no hay espacios suficientes donde acampar de manera que desde clubes como Caravaning Club Yakart se están dirigiendo a los ayuntamientos con el fin de conseguir compromisos para crear áreas de estacionamiento. Quienes pasan sus vacaciones sobre cuatro ruedas recorriendo mundo necesitan parar para dormir, repostar agua y evacuar las aguas residuales del inodoro (aguas negras) y del aseo y limpieza (aguas grises). Según el censo que facilita la Asociación Galega de Autocaravanas a través de su web, en la provincia de Pontevedra hay 23 áreas, de las cuales cinco están en O Salnés: tres en Sanxenxo, una en A Illa y otra en Vilagarcía. Las que hay en la comarca son privadas pero también las hay públicas, hasta un total de quince en toda Galicia. Y en clubes como el Yakart pretenden que sean muchas más.

Este empeño está llevando a su presidente, Antonio Jul, a entrevistarse con alcaldes de distintas localidades. Hace un par de semanas tuvo ocasión de reunirse con la de Cambados, Fátima Abal, quien le manifestó su buena disposición para crear un área para autocaravanas en el municipio. La socialista apuesta por ubicarla en el espacio comprendido entre O Pombal y el estanque de A Seca, pues es un punto, que sin estar en el medio del pueblo, está a un tiro de piedra del centro y es asequible para dotarlo de servicios como alcantarillado y abastecimiento de agua, dada la proximidad la piscina, el pabellón y los campos de fútbol.

El gobierno local tendrá que estudiar ahora esta idea, que en el club Yakart han recibido con los brazos abiertos. Hasta ahora, las autocaravanas que llegan a Cambados suelen aparcar en Tragove, pero Portos de Galicia no se lo pone fácil. Hubo un tiempo en que lo hacían también en la isla de As Goritas, pero la presión policial erradicó esta práctica.

Pero si hay un sitio buscado por los autocaravanistas para pernoctar, ese es A Illa. En este municipio hay un área privada destinada a la acampada de este tipo de vehículos, cerca de O Carreirón, pero hay muchos autocaravanistas que prefieren quedarse a la entrada del puente, en el aparcamiento de O Bao. Allí no está autorizada la acampada pero, pese a ello, se cuentan por docenas los vehículos que se apuestan allí durante el verano. Quienes lo hacen se aferran al derecho de estacionar en la vía pública, pero desde el Concello sostienen que se trata de una práctica ilegal.

Las competencias para expedientar y sancionar son de Costas de modo que el gobierno local dice verse impotente para luchar contra esta situación.

Frente a lo que postula Fátima Abal, el alcalde isleño, el también socialista Carlos Iglesias, cree que la dotación de servicios para las autocaravanas debe partir de la iniciativa privada. «Os concellos non estamos para iso», apunta. Antonio Jul, por su parte, defiende lo contrario alegando que el turismo de autocaravana tiene cada vez más seguidores y deja riqueza allí por donde pasa. «Ya hay alcaldes que me están llamando para interesarse, además la inversión es mínima».

O Grove les declaró la guerra para evitar que aparcaran en el centro del pueblo

En O Grove hubo un tiempo, hace cinco años con Fredi Bea en el gobierno local, en que el Concello plantó batalla a las autocaravanas. Estas casas rodantes hacían parada no solo en las zonas de playa sino también en pleno casco urbano, acaparando plazas de aparcamiento y estorbando a la actividad portuaria de O Corgo. El Concello colocó entonces señales en varios lugares, prohibiendo estacionar de 22.00 a 8.00 horas, lo cual generó un gran malestar entre estos turistas. Desde el colectivo incluso se llegó a plantear un boicot a O Grove y recurrieron ante los tribunales la ordenanza que restringía los estacionamientos. Pero los juzgados avalaron la normativa municipal y el Concello mantuvo su cruzada contra el aparcamiento de autocaravanas en espacios públicos.

«No hay mucho que hacer»

Antonio Jul reconoce que los autocaravanistas llevan las de perder en estos casos. «Cuando los ayuntamientos se oponen no hay mucho que hacer», comenta. Por eso, desde el club que preside insisten en demandar áreas específicas, públicas y privadas, para este tipo de turistas «porque la mayoría de los cámpings no están preparados para darnos servicio». «Estos problemas surgen porque, es cierto, hubo muchos abusos. No se puede llegar a cualquier sitio y ponerse a cocinar en la calle y sacar las mesas, pero la mayoría de la gente respeta las normas», añade Jul.