Se acabó el curso. Ayer fueron muchos los chavales que acudieron por última vez al colegio a coger las notas y entre hoy y mañana seguirá el goteo, sobre todo en los institutos. Atrás quedan días de exámenes, de fiestas y de excursiones, especialmente los que acaba un ciclo. Raro es el curso de sexto de Primaria y de cuarto de la ESO que no se fue de viaje en el último mes, y los bachilleratos tampoco se quedaron atrás, aunque en su caso tuvieron que compaginar el calendario para que no coincidiera con el selectivo. Cabeza de Manzaneda, Barcelona, Madrid..., los destinos fueron de lo más variopintos. Y como no todo va a ser disfrutar, que también, estos viajes dan oportunidad a los alumnos de aprender y experimentar. Es el caso de los estudiantes del instituto A Basella (Vilanova) que se fueron nada más y nada menos que a ver el gran colisionador de hadrones al CERN situado en Ginebra. Allí les hablaron del Bosón de Higgs y del desarrollo de tecnologías industriales e informáticas como la World Wide Web. El departamento de Ciencias Naturales tuvo mucho que ver en esta elección, pero no solo pesó la ciencia. Las profesoras de francés, que en A Basella son especialmente activas, aprovecharon para que sus alumnos conociesen más de la cultura gala; visitaron la ciudad de Ginebra y la sede de la ONU navegaron por el lago Lehman hasta Yvoire.
Las mañanas, jugando
El curso terminó pero algunos colegios siguen abiertos. En el de Baión (Vilanova), por ejemplo, inauguraron ayer su «xogoteca» con 25 niños. La iniciativa es de la asociación de padres de alumnos y nace de la demanda de las familias de un servicio para dejar a los hijos mientras los adultos trabajan. La ludoteca funciona de ocho a tres y media de la tarde y, para quien lo precise, cuenta con comedor. La idea es que funcione todo el verano y que dé cobertura a todos aquellos que lo precisen. Está dirigida a niños de 3 a 12 años y el precio por la jornada completa, sin comedor, es de 115 euros al mes.
Una verbena inesperada en el banco marisquero de O Sarrido
Las mariscadoras de Cambados se encontraron con una sorpresa. Cuando regresaban de arar los fondos de O Sarrido en busca de las preciadas almejas, se dieron de bruces con una verbena. Nunca tal se vio. Ni en las fiestas de la Valvanera bajan las orquestas a la arena como ocurrió ayer. Tras el estupor inicial se enteraron de que se trataba de la grabación de una productora de televisión que eligió la torre de San Sadurniño como escenario para que actuara la orquesta Sintonía de Vigo. Con más nubes de lo esperado -el tiempo nada tenía que ver con el del domingo-, los artistas se pusieron en su papel y tocaron y bailaron a ritmo sabrosón ante las cámaras y los curiosos que por allí asomaron, igual que si estuvieran en plató. No faltaron los aplausos y las exuberantes Alba y Lourdes derrocharon simpatía y no dudaron en posar con quien se lo pidió.