El quinto clasificado y segundo equipo más en forma de la Liga dispone de un potente juego interior, incluído el mayor reboteador del campeonato, pero sufre corriendo
20 mar 2015 . Actualizado a las 14:32 h.La plantilla del Xuven Cambados ultimaba ayer noche los preparativos del importante partido que mañana sábado la llevará hasta la cancha del Ávila, con Mike Callaghan ya recuperado del virus gastrointestinal que lo aquejó la semana anterior. Delante, el segundo equipo más en forma de la LEB Plata con tres victorias encadenadas; la mitad de las que lleva un Cáceres que ayer le hacía un enorme favor al cuadro amarillo al doblegar al Barcelona B, inmediato perseguidor de los de Casal con tres partidos ganados menos, en el primer partido de la jornada 27.
Con un balance de 13 victorias y 10 derrotas, el Ávila es quinto con solo un triunfo más que el Xuven. Entre las derrotas castellanas, la de O Pombal por 61-46.
El balance abulense presenta a un conjunto mucho más consistente en su feudo, donde ha ganado nueve de sus doce choques precedentes, y perdiendo los restantes por diferencias de entre 2 y 8 puntos con Zornotza, Pla y Getafe.
Aunque repite entrenador, David Mangas, Ávila es un equipo muy diferente al de la temporada anterior. El técnico explicaba ayer que «este año tenemos mucho peso en la pintura, nuestra mejor arma junto al rebote, que el año pasado no teníamos». Al frente de su juego interior, el mejor reboteador de la Liga, Dane Johnson, que a sus 9,2 capturas por partido suma 1,6 tapones -segundo del campeonato- siendo el sexto que más faltas recibe, 4,3. Una fortaleza que también es la debilidad del rival del Xuven, con su técnico reconociendo que «quizá no tengamos un equipo para sentirnos cómodos corriendo», además de «adolecer de tiro exterior».