La EDAR de A Illa está diseñada para una población de 10.000 habitantes

Rosa Estévez
r. estévez A ILLA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

Martina Miser

Tras firmarse ayer el convenio que hará posible la obra, hoy esta saldrá a licitación

28 may 2024 . Actualizado a las 04:49 h.

En la plaza de O Regueiro, junto al cartel que proclama a los cuatro vientos que estamos en A Illa de Arousa, se firmó ayer por la mañana el convenio entre la sociedad estatal Acuaes y el Concello que permitirá la construcción de una nueva depuradora de aguas en esta localidad. La presidenta de la entidad, Rosa Cobo, y el alcalde isleño, Luis Arosa, fueron los encargados de rubricar el documento ante la atenta mirada del delegado y del subdelegado del Gobierno —Pedro Blanco y Abel Losada—, de un puñado de representantes municipales y de vecinos y vecinas que no perdieron detalle del acontecimiento. Justo después de la firma, Rosa Cobo anunció, para satisfacción general, que la obra saldrá a licitación hoy mismo: parece que todo va viento en popa.

Las palabras de Cobo agradaron al alcalde isleño, quien acababa de asegurar que la construcción de la nueva depuradora supondrá «un avance histórico» en una localidad que vive del mar. «O noso deber é coidar as súas augas», señaló el regidor. Rosa Cobo, por su parte, explicó que la firma del convenio es «la culminación de varios años de trabajo». Un esfuerzo que cogió velocidad, señaló, tras la llegada de Arosa a la alcaldía, desde donde se dedicó a «picar pedra», en palabras del delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, quien destacó que «en pouco tempo, a ría vai estar moito máis saneada».

Para ello, se va a realizar una inversión total de 8,5 millones de euros, de los que el Concello asumirá el 20 % (1,7 millones). El 80% restante se va a financiar a través de los fondos Next Generation aprobados por la misma Unión Europea que ha abierto un procedimiento de infracción contra A Illa por los problemas que aún ahora plantea la depuración de sus aguas. La esperanza de Acuaes y del Concello es que la salida a licitación de la nueva depuradora permita que ese procedimiento se paralice y no se convierta en multa para esta localidad arousana.

Pero hablemos, por fin, de la estructura que debe evitar esa sanción. La nueva depuradora, explicó el técnico José Piñeiro, pretende solucionar los problemas de capacidad que tiene la actual. De hecho, está dimensionada para dar servicio a una población de 10.000 habitantes, el doble de la que tiene A Illa fuera de los meses de verano. Será, además, una instalación que mejorará el tratamiento que se da a las aguas residuales, eliminando también el fósforo y el nitrógeno, dos elementos que ahora no se depuran.

La nueva instalación, que se construirá a 160 metros al Oeste de la actual, tendrá una zona de pretratamiento, un reactor biológico, dos decantadores, un área de desinfección ultravioleta para eliminar la contaminación microbiológica, un edificio de fangos y otro de control.

Hay algo que apenas tendrá la nueva EDAR, o al menos así se aseguró ayer en la firma del convenio: impacto en el entorno. Las instalaciones tendrán un tratamiento estético acorde con su ubicación, a fin de hacerlas pasar inadvertidas. Y contará con la tecnología más avanzada tanto para la eliminación de olores —se usarán filtros de aire con bacterias que eliminan las causas de esos desagradables efluvios—, como de ruidos —se prevé que a treinta metros de la planta, la actividad de esta no genere más de 40 decibelios de ruido.— Pero además de todo ello, la planta estará dotada con placas fotovoltaicas que permitirán reducir su coste energético en un 40%.

Tras la adjudicación de las obras, pasarán 24 meses antes de que las nuevas instalaciones entren en servicio. Año y medio se destinará a los trabajos de construcción propiamente dichos, y los otros seis meses a la puesta en marcha de la nueva depuradora, ya que ese proceso de arrancada va a llevar su tiempo. Cuando termine, A Illa contará por fin con unas instalaciones adecuadas a las necesidades de esta localidad, pudiendo clausurar la EDAR que, construida hace más de veinte años, presenta deficiencias que es urgente, según se dijo ayer, solucionar.