De camino hacia la independencia... energética

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

Martina Miser

A Illa de Arousa es una de las 26 islas europeas elegidas para participar en un innovador programa

27 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La vida da muchas vueltas. Gabrielle decidió hace mucho ya que convenía conocer el mundo para aprender a apreciarlo, aunque nunca pensó que podría acabar donde acabó. Uno de sus viajes la llevó a Galicia vestida de blanco para colaborar a mitigar el desastre del Prestige. Lo que vio le encantó y repitió porque quería conocer estas tierras sin ese manto negro. Y en uno de sus viajes de vuelta se enamoró de un vecino de A Illa y aquí se quedó. Ahora es concejala de Medio Ambiente en la localidad arousana, que es una de las 26 islas elegidas para el proyecto Clean Energy for EU Islands Secretariat. Un proyecto que en realidad es un camino, una transición hacia la independencia energética. Gabrielle pone un ejemplo claro: «Hai uns días tivemos un apagón de dúas horas e a avería estaba no continente», explica.

Ese camino hacia la independencia energética está inmerso en la agenda 2030, y también guarda asuntos como la transición de los barcos bateeiros hacia su electrificación -calcular la cantidad de combustible fósil que se dejaría de utilizar si la enorme flota de embarcaciones arousana caminara en esa dirección da una idea del impacto que podría tener- , la apuesta por la generación eléctrica con sistemas fotovoltaicos, o la eficiencia energética. Todo de la mano de la cooperativa energética Nosa Enerxía.

El apoyo del sector

El camino es largo, pero ha comenzado de la mejor manera posible. En las reuniones que se celebraron con los distintos sectores productivos de A Illa la recepción ha sido muy buena. Y Gabrielle explica uno de los motivos. «As illas somos dos primeiros en sufrir o cambio climático», razona. Pero también cuentan con una gran ventaja en el caso arousano: hay sol, viento y mar. Y la utilización de las placas fotovoltaicas será una de las primeras acciones que allí se ejecutarán, con la Galiña Azul como diana inicial en una inversión que ya ha sido aprobada y para la que cuentan con importantes ayudas. «Compensa, claro que compensa», asegura la concejala. Es solo el primer paso, porque el objetivo es que todas las instalaciones municipales acaben teniendo placas fotovoltaicas en el plazo más breve posible.

En esa transición hacia la independencia energética, otro de los puntos destacados será la creación de una comunidad energética para el municipio en la que participarán el Concello, los vecinos y las empresas. Las primeras reuniones también han ido de la mejor manera. Un organismo que, apunta Gabrielle, creará además puestos de trabajo y ayudará a diversificar la actividad económica del municipio. En A Illa quieren marcar su propia ruta, gestionar su red eléctrica y «producir enerxía de forma intelixente», explica.

La fórmula es sencilla: «Hai que reducir o consumo e aumentar a produción de enerxía», explica Gabrielle. Y para conseguir lo primero, la hoja de ruta marcada en esa agenda 2030 es la realización de una auditoría energética en el municipio para conocer el nivel de consumo. «Un estudio profundo para ver as nosas carencias, o que necesitáramos para facer unha rede intelixente», dice. Ella tiene muy claro que la inversión se amortizará en muy breve espacio de tiempo. Ella y sus compañeros en un Concello que es uno de los firmantes del pacto de los alcaldes para el clima y la energía sostenible. Aunque claro, lo de Gabrielle va mucho más allá. No hay mucha gente que tenga su propia cocina solar. Ella sí, desde los tiempos en los que viajaba por el mundo en su caravana. Y esa cocina tanto vale para invitar a café y té en un acto electoral para la campaña de las municipales, como para preparar un arroz con curri a pleno sol.