El precio del marisco sube en Arousa tras el cierre por toxina de otras zonas

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

MONICA IRAGO

En Carril, las buenas cotizaciones hicieron que la lonja se llenase ayer de bivalvos

01 may 2019 . Actualizado a las 15:59 h.

En la lonja de Carril, la de ayer fue una jornada de abundante marisco. El día anterior, la almeja y el berberecho habían conseguido unos precios tan suculentos, que los parquistas decidieron aprovechar al máximo la buena racha y sacar de sus concesiones grandes lotes de marisco. El de Carril no es un caso único en la ría. El precio del marisco se disparó el lunes en la mayor parte de las lonjas de Arousa.

¿Por qué? Después de que la Semana Santa tirase mucho menos de lo esperado de las cotizaciones de los bivalvos, llega una subida de precios con la que el sector no contaba. Y cuya causa hay que buscar, explica el patrón mayor de A Illa, Juan Rial Millán, en el cierre de toda la ría de Pontevedra y parte de la de Vigo a la extracción de mariscos infaunales a causa de un episodio de marea roja provocado por las toxinas lipofílicas. En Arousa, las zonas de marisqueo resisten el envite de este virulento episodio tóxico, aunque desde el Intecmar se están realizando controles ante el temor a que la marea roja siga extendiéndose y pueda llegar a afectar, también, a alguna zona de extracción de infaunales. En cualquier caso, en la más grande de las rías gallegas sí que están cerrados varios polígonos de bateas por la marea roja. Solo queda abierto un pequeño puñado de ellos en la zona más interior.

No hay explicación

En las cofradías arousanas atribuyen a este episodio el incremento de los precios registrado en las últimas jornadas. «Nesta ocasións, a situación benefícianos a nós, igual que outras veces nos prexudica», explicaba ayer el patrón mayor isleño. En la lonja de Cambados coinciden con el análisis que él realiza: la falta de recurso procedente de otras zonas es la causa de un incremento de cotizaciones para el que, a estas alturas de año, tras una Semana Santa mediocre, no encuentran otra explicación.