Qué hacer con la almeja que no crece

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Rañeir@s quiere que el sector, la Xunta y los biólogos busquen soluciones para áreas de Os Lombos y O Bohído en las que el marisco no se desarrolla con normalidad

28 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A espera de que la Xunta decida si autoriza, o no, la ampliación de la campaña de libre marisqueo solicitada por Rañeri@s Ría de Arousa para Os Lombos, O Bohído y Cabío, la asociación que gestiona estas zonas desde principios de año quiere empezar a poner sobre la mesa actuaciones encaminadas a sacar el máximo provecho a esas áreas de la ría. «Queremos facer as cousas con tempo; que non veñan as presas a última hora», decía ayer el presidente de esta asociación de cofradías, Juan Rial Millán. Y por eso, con tiempo, la organización plantea la necesidad de «crear unha mesa de traballo na que estean o sector, a Administración e os biólogos para analizar que podemos facer nas zonas nas que se ten detectado que existen problemas de crecemento da ameixa».

Una de ellas está en Os Lombos, donde en algunos puntos «a ameixa medra ao longo, pero é moi planiña», por lo que se cuela en las clasificadoras. El otro punto que presenta problemas es O Bohído, en las zonas menos trabajadas de este banco. En ellas, de nuevo, el marisco crece. Pero no lo hace a lo largo, sino a lo ancho. Son las llamadas almejas «rapotudas». El producto que sale de esas zonas no se ajusta a los cánones, y supone un problema si llega a las lonjas. Un problema que Rañeir@s considera que hay que solucionar. La asociación ya tiene algunas ideas que quiere exponer a la Xunta.

Empecemos por Os Lombos do Ulla, una zona caracterizada por tener unos niveles de salinidad más bajos que el resto de la ría. Quizás esa sea la razón, aventura Juan Rial Millán, de que la almeja crezca más a lo largo que a lo ancho. Esa situación parece ser conocida por la Administración, ya que en el plan de explotación marisquera se prevé en esa zona la posibilidad de rebajar la talla de la almeja a los 35 milímetros. Una posibilidad que el sector no descarta activar, aunque hay otras alternativas que están dispuestos a estudiar con los técnicos. Entre ellas, hacer trasvases de marisco de esa zona a otros puntos en los que puede completar su crecimiento. «Hai que mirar que alternativa é mellor. Non se trata de que queiramos coller ameixa pequena; trátase de que esa ameixa nesas zonas non medra como no resto dos sitios».

Algo muy similar ocurre en O Bohído. La decisión de cerrar una parte de este banco para permitir su regeneración ha empujado a la flota a explorar zonas que hasta ahora habían sido menos trabajadas. Y en ellas hay importantes cantidades de almeja «rapotuda».

Quizás tenga que ver esa realidad con la falta de trabajo del sustrato, ya que los problemas de crecimiento de la almeja pueden estar asociados, explican los biólogos, al lugar en el que crecen. Si el bivalvo habita en zonas con piedras suele tener una forma más redondeada, igual que si crece en batea, sin el peso del sustrato, lo hace de forma mas irregular y sus valvas no acaban de cerrarse por completo.

Juan Rial Millán considera que el trabajo del sustrato en esa zona podrá ir corrigiendo lentamente, a un par de años vista, los problemas de crecimiento. Mientras tanto, considera preciso plantear una posible rebaja de la talla a 35 milímetros.

«A Illa vai ser máis restritiva coa xapónica das nosas concesións»

Desde Rañeir@s Ría de Arousa, Juan Rial Millán defiende la convocatoria de esa mesa a tres bandas para hablar de la talla de la almeja. Y no porque el sector quiera sacar del mar producto de cualquier tamaño y a cualquier precio. Todo lo contrario. «Creo que se están dando mostras de que queremos facer xusto o contrario. Queremos que as cousas se fagan ben, e iso leva moito tempo, e moito traballo por parte dos mariñeiros». Pone, como ejemplo, las exigencias crecientes en la lonja de A Illa. Cuando se reabran las autorizaciones de esta cofradía, el pósito va aplicar una política mucho más restrictiva con la almeja japónica. Se cambiarán las clasificadoras «para arriba», lo que supondrá, en la práctica, un incremento de la talla de la almeja que llegue al mercado.