Un cruce de insultos en Os Lombos acaba en los juzgados

Rosa Estévez
r. estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

MARTINA MISER

A la espera de que la Xunta elija entre los dos planes de gestión del libre marisqueo, la tensión crece; un vigilante de A Illa ha denunciado por amenazas a un rañeiro de Carril

24 nov 2018 . Actualizado a las 20:58 h.

Con la llegada del nuevo año, Arousa estrenará un nuevo modelo de gestión de los bancos de libre marisqueo. El alumbramiento de esta nueva manera de hacer las cosas en las zonas de trabajo común ha dividido a las cofradías de la ría en dos. La grieta que comenzó en los despachos ha llegado, como era de esperar, al mar. La pasada semana, un vigilante de la cofradía de A Illa denunció ante la Guardia Civil a un rañeiro de Carril, presidente además de la agrupación de marisqueo a flote, por un supuesto delito leve de amenazas.

Los hechos ocurrieron el miércoles, y en su origen está la polémica sobre dónde debían realizarse los controles del marisco extraído en Os Lombos. Ahora, tras alcanzar un acuerdo con la Xunta, los mariscadores de Carril los están realizando en la batea en la que siempre se efectuaron. Pero durante unos días habían esquivado esa batea para efectuar el examen y pesaje del marisco en una lancha de la cofradía Santiago Apóstol.

Aquella decisión, aseguran desde Rañeir@s Ría de Arousa -la organización que integra a seis cofradías y que ha presentado un plan conjunto para la gestión del libre marisqueo en la ría- resultaba completamente irregular. Por eso, los vigilantes que las cofradías de A Illa, Vilanova, Cambados, O Grove, A Pobra y Rianxo envían a la zona de Os Lombos recibieron órdenes de anotar el número de folio de las embarcaciones que pasasen los controles en la lancha de Carril, en vez de en la batea. Y fue cumpliendo esa orden donde se produjo el encontronazo que ha llegado a la Guardia Civil.

La trifulca

Todo ocurrió entre las once y media y las doce del mediodía, según figura en la denuncia formulada ante la Guardia Civil. El lugar de los hechos, las inmediaciones de la isla de Cortegada. Según relata el denunciante, ya llevaba días «teniendo problemas con los pescadores de la Cofradía de Carril, ya que la Xunta habilitó un punto de control de peso y tamaño para las capturas, y los miembros de la cofradía carrilexa se niegan a usarlo».

Cuando vieron que una embarcación evitaba la batea y se dirigía a la lancha de la cofradía, los dos gardapescas que estaban de turno tomaron nota de su nombre y folio. A bordo de la lancha iba, dicen, el presidente de la agrupación de marisqueo a flote de Carril, que se giró hacia ellos y, según reza la denuncia, les gritó: «Sacádeme unha foto do cu, paiasos».

Todo podría haber quedado ahí, pero según el relato del denunciante no fue así. Tras la parada en la lancha de la cofradía Carrilexa, el denunciado dirigió su lancha hacia la de los gardapescas, «buscando el enfrentamiento». Al recriminarle uno de ellos su actitud, el rañeiro habría «reaccionado acelerando la lancha, dirigiéndola hacia los guardas», y al pasar a su lado habría amenazado al denunciante con «darche con calquera cousa na cabeza».

«El denunciante toma en serio las amenazas», dice la denuncia de la Guardia Civil, «porque tiene en conocimiento que en su día [el acusado] amenazó con golpear al anterior patrón mayor de Carril y lo hizo, esperándolo en la puerta de su casa, golpeándolo con un palo en la cabeza y mandándolo al hospital».